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Acusan a Granjeros Sudafricanos de Asesinar a Dos Mujeres y Alimentar a sus Cerdos con los Cuerpos

Zachariah Johannes Olivier y dos empleados enfrentan graves cargos, incluyendo asesinato premeditado de dos mujeres cuyos cuerpos descompuestos fueron encontrados en su granja en Limpopo. El incidente resaltó las preocupaciones sobre la violencia en las granjas sudafricanas.

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Acusan a Granjeros Sudafricanos de Asesinar a Dos Mujeres y Alimentar a sus Cerdos con los Cuerpos

Zachariah Johannes Olivier y dos empleados enfrentan graves cargos, incluyendo asesinato premeditado de dos mujeres cuyos cuerpos descompuestos fueron encontrados en su granja en Limpopo. El incidente resaltó las preocupaciones sobre la violencia en las granjas sudafricanas.

"La Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica condena enérgicamente estos asesinatos y pide a la población que confíe en el sistema judicial"

- Declaró un portavoz de la Comisión.

11/9/2024

Un oscuro capítulo ha conmocionado a la región de Limpopo, Sudáfrica, cuando Zachariah Johannes Olivier, un agricultor local, junto con dos empleados, fue acusado de asesinar a Locadia Ndlovu y Maria Makgatho, y de alimentar sus cuerpos a los cerdos en su granja. El horrendo incidente ocurrió en agosto de 2024, cuando las víctimas buscaban productos lácteos caducados que habían sido descartados por un camión de una empresa láctea y supuestamente ingresaron a la propiedad sin permiso.

El 10 de septiembre de 2024, Olivier y sus empleados comparecieron ante el tribunal en Mankweng, enfrentando dos cargos de asesinato premeditado, un cargo de intento de asesinato y uno por posesión de un arma de fuego no registrada. Los empleados involucrados son William Musora, un nacional de Zimbabue que también enfrenta cargos por estar ilegalmente en el país, y otro empleado cuyo nombre no ha sido revelado.

Las autoridades indicaron que un hombre que acompañaba a las mujeres resultó herido durante el incidente pero logró arrastrarse hasta una carretera cercana donde consiguió ayuda. Posteriormente, la policía descubrió los cuerpos en avanzado estado de descomposición en un establo de cerdos, corroborando el relato de los hechos.

Este caso ha provocado una fuerte indignación y protestas de varios partidos políticos que se manifestaron frente al tribunal de Mankweng, exigiendo que se negara la fianza a los acusados y que se les impusieran las penas más severas posibles. La audiencia de fianza ha sido pospuesta hasta octubre de 2024, con el proceso judicial extendiéndose durante los próximos meses.

En respuesta a este crimen atroz, la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica emitió una condena contundente y un llamado a la calma, instando a la población a no tomar la justicia por su propia mano y a confiar en el sistema judicial sudafricano.

Este incidente subraya una problemática recurrente en Sudáfrica, un país que lucha contra altas tasas de criminalidad violenta y donde la violencia en las granjas es un tema persistente y preocupante. La granja, que solía ser un lugar de producción agrícola, se ha convertido en el foco de atención nacional e internacional debido a la brutalidad de los crímenes cometidos.

El hallazgo de los cuerpos y la brutal manera en que fueron tratados resalta no solo la violencia criminal sino también las condiciones de inseguridad que enfrentan muchas comunidades rurales en Sudáfrica. La relación entre la falta de seguridad y el uso de crimen como medio de solución privada de conflictos es un fenómeno que preocupa a las autoridades y derechos humanos en el país.

La continua especulación y preguntas sobre cómo las víctimas pudieron llegar a tan trágico final en un intento por conseguir sencillos productos lácteos caducados también arroja luz sobre las cuestiones socioeconómicas de la región.

Algo Curioso

"La Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica condena enérgicamente estos asesinatos y pide a la población que confíe en el sistema judicial"

- Declaró un portavoz de la Comisión.

Sep 11, 2024
Colglobal News

Un oscuro capítulo ha conmocionado a la región de Limpopo, Sudáfrica, cuando Zachariah Johannes Olivier, un agricultor local, junto con dos empleados, fue acusado de asesinar a Locadia Ndlovu y Maria Makgatho, y de alimentar sus cuerpos a los cerdos en su granja. El horrendo incidente ocurrió en agosto de 2024, cuando las víctimas buscaban productos lácteos caducados que habían sido descartados por un camión de una empresa láctea y supuestamente ingresaron a la propiedad sin permiso.

El 10 de septiembre de 2024, Olivier y sus empleados comparecieron ante el tribunal en Mankweng, enfrentando dos cargos de asesinato premeditado, un cargo de intento de asesinato y uno por posesión de un arma de fuego no registrada. Los empleados involucrados son William Musora, un nacional de Zimbabue que también enfrenta cargos por estar ilegalmente en el país, y otro empleado cuyo nombre no ha sido revelado.

Las autoridades indicaron que un hombre que acompañaba a las mujeres resultó herido durante el incidente pero logró arrastrarse hasta una carretera cercana donde consiguió ayuda. Posteriormente, la policía descubrió los cuerpos en avanzado estado de descomposición en un establo de cerdos, corroborando el relato de los hechos.

Este caso ha provocado una fuerte indignación y protestas de varios partidos políticos que se manifestaron frente al tribunal de Mankweng, exigiendo que se negara la fianza a los acusados y que se les impusieran las penas más severas posibles. La audiencia de fianza ha sido pospuesta hasta octubre de 2024, con el proceso judicial extendiéndose durante los próximos meses.

En respuesta a este crimen atroz, la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica emitió una condena contundente y un llamado a la calma, instando a la población a no tomar la justicia por su propia mano y a confiar en el sistema judicial sudafricano.

Este incidente subraya una problemática recurrente en Sudáfrica, un país que lucha contra altas tasas de criminalidad violenta y donde la violencia en las granjas es un tema persistente y preocupante. La granja, que solía ser un lugar de producción agrícola, se ha convertido en el foco de atención nacional e internacional debido a la brutalidad de los crímenes cometidos.

El hallazgo de los cuerpos y la brutal manera en que fueron tratados resalta no solo la violencia criminal sino también las condiciones de inseguridad que enfrentan muchas comunidades rurales en Sudáfrica. La relación entre la falta de seguridad y el uso de crimen como medio de solución privada de conflictos es un fenómeno que preocupa a las autoridades y derechos humanos en el país.

La continua especulación y preguntas sobre cómo las víctimas pudieron llegar a tan trágico final en un intento por conseguir sencillos productos lácteos caducados también arroja luz sobre las cuestiones socioeconómicas de la región.

Un oscuro capítulo ha conmocionado a la región de Limpopo, Sudáfrica, cuando Zachariah Johannes Olivier, un agricultor local, junto con dos empleados, fue acusado de asesinar a Locadia Ndlovu y Maria Makgatho, y de alimentar sus cuerpos a los cerdos en su granja. El horrendo incidente ocurrió en agosto de 2024, cuando las víctimas buscaban productos lácteos caducados que habían sido descartados por un camión de una empresa láctea y supuestamente ingresaron a la propiedad sin permiso.

El 10 de septiembre de 2024, Olivier y sus empleados comparecieron ante el tribunal en Mankweng, enfrentando dos cargos de asesinato premeditado, un cargo de intento de asesinato y uno por posesión de un arma de fuego no registrada. Los empleados involucrados son William Musora, un nacional de Zimbabue que también enfrenta cargos por estar ilegalmente en el país, y otro empleado cuyo nombre no ha sido revelado.

Las autoridades indicaron que un hombre que acompañaba a las mujeres resultó herido durante el incidente pero logró arrastrarse hasta una carretera cercana donde consiguió ayuda. Posteriormente, la policía descubrió los cuerpos en avanzado estado de descomposición en un establo de cerdos, corroborando el relato de los hechos.

Este caso ha provocado una fuerte indignación y protestas de varios partidos políticos que se manifestaron frente al tribunal de Mankweng, exigiendo que se negara la fianza a los acusados y que se les impusieran las penas más severas posibles. La audiencia de fianza ha sido pospuesta hasta octubre de 2024, con el proceso judicial extendiéndose durante los próximos meses.

En respuesta a este crimen atroz, la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica emitió una condena contundente y un llamado a la calma, instando a la población a no tomar la justicia por su propia mano y a confiar en el sistema judicial sudafricano.

Este incidente subraya una problemática recurrente en Sudáfrica, un país que lucha contra altas tasas de criminalidad violenta y donde la violencia en las granjas es un tema persistente y preocupante. La granja, que solía ser un lugar de producción agrícola, se ha convertido en el foco de atención nacional e internacional debido a la brutalidad de los crímenes cometidos.

El hallazgo de los cuerpos y la brutal manera en que fueron tratados resalta no solo la violencia criminal sino también las condiciones de inseguridad que enfrentan muchas comunidades rurales en Sudáfrica. La relación entre la falta de seguridad y el uso de crimen como medio de solución privada de conflictos es un fenómeno que preocupa a las autoridades y derechos humanos en el país.

La continua especulación y preguntas sobre cómo las víctimas pudieron llegar a tan trágico final en un intento por conseguir sencillos productos lácteos caducados también arroja luz sobre las cuestiones socioeconómicas de la región.

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