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“Soy un violador”: Confesión del Hombre Acusado de Drogar a su Esposa para que la Violaran

Dominique Pélicot, un hombre francés de 71 años, confesó en un tribunal haber drogado a su esposa, Gisèle Pélicot, e invitado a decenas de hombres a violarla entre 2011 y 2020.

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“Soy un violador”: Confesión del Hombre Acusado de Drogar a su Esposa para que la Violaran

Dominique Pélicot, un hombre francés de 71 años, confesó en un tribunal haber drogado a su esposa, Gisèle Pélicot, e invitado a decenas de hombres a violarla entre 2011 y 2020.

"Soy un violador, como los demás en esta sala"

-Declaró Pélicot en referencia a otros 50 hombres acusados.

17/9/2024

El 17 de septiembre de 2024, en el tribunal de Avignon, Dominique Pélicot, de 71 años, admitió haber drogado a su entonces esposa, Gisèle Pélicot, permitiendo que al menos 72 hombres la violaran durante casi una década. Pélicot utilizaba pastillas para dormir y medicamentos ansiolíticos para dejar a Gisèle en un estado similar a un coma profundo durante aproximadamente siete horas.

Según su testimonio, Pélicot la violaba a razón de dos a tres veces por semana. Este caso abarca desde 2011 hasta 2020. Frente a la corte, Pélicot declaró: "Soy un violador, como los demás en esta sala", refiriéndose a los otros 50 coacusados, cuyas edades oscilan entre los 26 y 74 años. De estos, algunos sabían que Gisèle estaba drogada, mientras que otros pensaban que estaban participando en actos consensuados.

Durante las investigaciones, la policía encontró 300 fotografías y videos detallando los abusos, organizados en carpetas, una de las cuales llevaba el título "Abuso". Este material incriminatorio fue clave para esclarecer los hechos y proporcionar pruebas contundentes.

El contexto personal de Pélicot también fue parte de su declaración. Relató su historia de abuso sexual desde su infancia, siendo violado a los 9 años y posteriormente obligado a participar en una violación grupal a los 14. Gisèle, que fue su esposa durante 50 años, descubrió los abusos y solicitó el divorcio. En lugar de mantener su anonimato, decidió convertirse en un símbolo de lucha contra la violencia sexual en Francia, solicitando un juicio público.

En términos legales, Pélicot enfrenta múltiples cargos, incluyendo violación, violación en grupo y violación a la privacidad por grabar y difundir imágenes sexuales. En caso de ser declarado culpable, podría enfrentar hasta 20 años de prisión.

El caso ha causado una gran indignación en Francia, provocando protestas en apoyo a Gisèle y en contra de la violencia sexual masculina. Durante las audiencias, Gisèle fue aclamada por el público al salir de la sala, mientras que Pélicot pidió perdón a su familia, reconociendo la gravedad de sus acciones y expresando remordimiento.

El juicio está programado para continuar hasta diciembre de 2024, y se espera el testimonio de Gisèle después de la declaración de su exmarido. Gisèle Pélicot, además de convertirse en un símbolo contra la violencia sexual, ha optado por seguir una vida pública con la intención de concienciar a la sociedad sobre los horrores del abuso sexual y buscar justicia para todas las víctimas.

Algo Curioso

"Soy un violador, como los demás en esta sala"

-Declaró Pélicot en referencia a otros 50 hombres acusados.

Sep 17, 2024
Colglobal News

El 17 de septiembre de 2024, en el tribunal de Avignon, Dominique Pélicot, de 71 años, admitió haber drogado a su entonces esposa, Gisèle Pélicot, permitiendo que al menos 72 hombres la violaran durante casi una década. Pélicot utilizaba pastillas para dormir y medicamentos ansiolíticos para dejar a Gisèle en un estado similar a un coma profundo durante aproximadamente siete horas.

Según su testimonio, Pélicot la violaba a razón de dos a tres veces por semana. Este caso abarca desde 2011 hasta 2020. Frente a la corte, Pélicot declaró: "Soy un violador, como los demás en esta sala", refiriéndose a los otros 50 coacusados, cuyas edades oscilan entre los 26 y 74 años. De estos, algunos sabían que Gisèle estaba drogada, mientras que otros pensaban que estaban participando en actos consensuados.

Durante las investigaciones, la policía encontró 300 fotografías y videos detallando los abusos, organizados en carpetas, una de las cuales llevaba el título "Abuso". Este material incriminatorio fue clave para esclarecer los hechos y proporcionar pruebas contundentes.

El contexto personal de Pélicot también fue parte de su declaración. Relató su historia de abuso sexual desde su infancia, siendo violado a los 9 años y posteriormente obligado a participar en una violación grupal a los 14. Gisèle, que fue su esposa durante 50 años, descubrió los abusos y solicitó el divorcio. En lugar de mantener su anonimato, decidió convertirse en un símbolo de lucha contra la violencia sexual en Francia, solicitando un juicio público.

En términos legales, Pélicot enfrenta múltiples cargos, incluyendo violación, violación en grupo y violación a la privacidad por grabar y difundir imágenes sexuales. En caso de ser declarado culpable, podría enfrentar hasta 20 años de prisión.

El caso ha causado una gran indignación en Francia, provocando protestas en apoyo a Gisèle y en contra de la violencia sexual masculina. Durante las audiencias, Gisèle fue aclamada por el público al salir de la sala, mientras que Pélicot pidió perdón a su familia, reconociendo la gravedad de sus acciones y expresando remordimiento.

El juicio está programado para continuar hasta diciembre de 2024, y se espera el testimonio de Gisèle después de la declaración de su exmarido. Gisèle Pélicot, además de convertirse en un símbolo contra la violencia sexual, ha optado por seguir una vida pública con la intención de concienciar a la sociedad sobre los horrores del abuso sexual y buscar justicia para todas las víctimas.

El 17 de septiembre de 2024, en el tribunal de Avignon, Dominique Pélicot, de 71 años, admitió haber drogado a su entonces esposa, Gisèle Pélicot, permitiendo que al menos 72 hombres la violaran durante casi una década. Pélicot utilizaba pastillas para dormir y medicamentos ansiolíticos para dejar a Gisèle en un estado similar a un coma profundo durante aproximadamente siete horas.

Según su testimonio, Pélicot la violaba a razón de dos a tres veces por semana. Este caso abarca desde 2011 hasta 2020. Frente a la corte, Pélicot declaró: "Soy un violador, como los demás en esta sala", refiriéndose a los otros 50 coacusados, cuyas edades oscilan entre los 26 y 74 años. De estos, algunos sabían que Gisèle estaba drogada, mientras que otros pensaban que estaban participando en actos consensuados.

Durante las investigaciones, la policía encontró 300 fotografías y videos detallando los abusos, organizados en carpetas, una de las cuales llevaba el título "Abuso". Este material incriminatorio fue clave para esclarecer los hechos y proporcionar pruebas contundentes.

El contexto personal de Pélicot también fue parte de su declaración. Relató su historia de abuso sexual desde su infancia, siendo violado a los 9 años y posteriormente obligado a participar en una violación grupal a los 14. Gisèle, que fue su esposa durante 50 años, descubrió los abusos y solicitó el divorcio. En lugar de mantener su anonimato, decidió convertirse en un símbolo de lucha contra la violencia sexual en Francia, solicitando un juicio público.

En términos legales, Pélicot enfrenta múltiples cargos, incluyendo violación, violación en grupo y violación a la privacidad por grabar y difundir imágenes sexuales. En caso de ser declarado culpable, podría enfrentar hasta 20 años de prisión.

El caso ha causado una gran indignación en Francia, provocando protestas en apoyo a Gisèle y en contra de la violencia sexual masculina. Durante las audiencias, Gisèle fue aclamada por el público al salir de la sala, mientras que Pélicot pidió perdón a su familia, reconociendo la gravedad de sus acciones y expresando remordimiento.

El juicio está programado para continuar hasta diciembre de 2024, y se espera el testimonio de Gisèle después de la declaración de su exmarido. Gisèle Pélicot, además de convertirse en un símbolo contra la violencia sexual, ha optado por seguir una vida pública con la intención de concienciar a la sociedad sobre los horrores del abuso sexual y buscar justicia para todas las víctimas.

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