El 24 de agosto de 2024, Thomaston Place Auction Galleries en Maine presenció un evento sin precedentes con la subasta del "Portrait of a Girl" del aclamado pintor del siglo XVII, Rembrandt Harmenszoon van Rijn. El retrato, que muestra a una joven con vestimenta holandesa tradicional, incluyendo un cuello y una cofia blanca, y una expresión serena, alcanzó un precio de venta de 1.4 millones de dólares, estableciendo tanto un récord para la casa de subastas como para el estado de Maine.
La obra, pintada sobre un panel de roble y enmarcada en una estructura tallada a mano, tiene una interesante historia detrás. En la parte posterior del cuadro, se encontró una etiqueta que indicaba que había sido prestado al Museo de Arte de Filadelfia en 1970 por Cary W. Bok, un antiguo propietario que falleció ese mismo año.
El increíble hallazgo se produjo cuando Kaja Veilleux, fundador de Thomaston Place, visitaba una propiedad en Camden, Maine, para una tasación rutinaria. En el ático, entre otros objetos antiguos y herencias familiares, Veilleux descubrió la pintura de Rembrandt. La sorpresa y emoción del descubrimiento fueron seguidas por una intensa subasta que atrajo a nueve postores telefónicos de todo el mundo.
La subasta vio una intensa competencia entre tres postores persistentes, que empujaron el precio final hasta los 1.4 millones de dólares, superando ampliamente la estimación inicial de 10,000 dólares. Zebulon Casperson, quien representó al postor europeo anónimo, expresó su sorpresa por el resultado: "Nunca había manejado una oferta de más de un millón de dólares en mi carrera".
Aunque la obra está catalogada como "después de Rembrandt", sugiriendo que no es un original, su estilo dramático y el uso de la luz evocan la técnica distintiva del maestro holandés. La atribución anterior a Rembrandt agrega un nivel significativo de interés y valor, lo que sin duda contribuyó a la alta valoración durante la subasta.
Este descubrimiento ha generado un gran revuelo en el mundo del arte, reafirmando la idea de que aún pueden encontrarse tesoros ocultos en los lugares más inesperados.