La conmemoración del 50 aniversario de la muerte del general Franco y la posterior transición de España a la democracia fue el escenario donde el primer ministro Pedro Sánchez arremetió contra Elon Musk. Durante su discurso en el evento celebrado en Madrid, Sánchez acusó a Musk y a sus aliados de "atacar abiertamente nuestras instituciones, incitar al odio y llamar abiertamente a la gente a apoyar a los herederos del nazismo".
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En un tono serio, el primer ministro advirtió que las políticas de división, desinformación y odio que, según él, Musk impulsa, podrían llevar a una nueva era de autoritarismo. Sánchez hizo un llamado a no dar por sentadas las libertades básicas ganadas con esfuerzo y mencionó que "el fascismo que pensábamos haber dejado atrás es ahora la tercera fuerza política más grande en Europa".
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Además de su crítica a Musk, Sánchez detalló la existencia de un movimiento reaccionario internacional liderado por el empresario, que señala está atacando instituciones y promoviendo el odio en el contexto de las próximas elecciones en Alemania. Subrayó que “la libertad nunca se gana de forma permanente” y que la democracia podría ser extinguida nuevamente en diversas partes del mundo.
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Para fortalecer la democracia en España, el primer ministro propuso trabajar en una sociedad más próspera, cohesiva, libre y tolerante, combatiendo mentiras y desinformación, que definió como las principales armas de los enemigos de la democracia.
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El evento también incluyó el lanzamiento de un programa de un año de duración para celebrar el retorno de España a la democracia, destacando la transformación del país y educando a los jóvenes sobre la importancia de la democracia. Sin embargo, la iniciativa no recibió apoyo unánime. El Partido Popular (PP) y el partido de extrema derecha Vox boicotearon la conmemoración, acusando a Sánchez de usar el pasado para desviar la atención de las acusaciones de corrupción contra su administración.
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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, no asistió al evento, eligiendo visitar la región de Valencia, que aún se recupera de inundaciones devastadoras que causaron 232 muertes. Vox criticó al gobierno por gastar dinero público en la conmemoración, calificándola de “necrofília absurda que divide a los españoles”.
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El evento también se vio marcado por la notable ausencia del Rey Felipe VI, quien se encontraba recibiendo las credenciales de seis nuevos embajadores. Su padre, el Rey Juan Carlos, jugó un papel clave en la transición de España hacia la democracia, reforzando el simbolismo del evento.