Microsoft, el mayor inversor financiero en OpenAI, ha retirado su asiento de observador en la junta directiva de la startup, en una decisión que tiene efecto inmediato. Esta acción significa que Apple ya no podrá designar a un ejecutivo en un rol similar. Microsoft, que ha invertido más de US$13 mil millones en el desarrollador de ChatGPT, comunicó el cambio en una carta a OpenAI, destacando el progreso significativo de la nueva junta de la empresa de inteligencia artificial.
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La decisión de renunciar al puesto de observador, que no incluía derecho a voto en las decisiones de la junta, fue influenciada por el creciente escrutinio regulatorio sobre la relación entre las grandes tecnológicas y las startups de inteligencia artificial. Tanto la Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido como la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos están examinando si la cooperación entre Microsoft y OpenAI podría constituir una "adquisición de control." Mientras tanto, la Comisión Europea ha decidido no realizar una revisión formal de fusión sobre la inversión de Microsoft, pero está investigando las cláusulas de exclusividad en el acuerdo entre ambas compañías.
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OpenAI está desarrollando un nuevo enfoque para involucrar a socios estratégicos clave como Microsoft y Apple, así como a otros inversores financieros. Como parte de esta estrategia, se llevarán a cabo reuniones regulares con los grupos de interés para compartir avances en su misión y asegurar una colaboración más fuerte en temas de seguridad. En el caso de Apple, que tenía previsto colocar al jefe de su App Store, Phil Schiller, en la junta directiva de OpenAI, estos planes han quedado descartados debido a los cambios estructurales.
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El retiro del asiento de observador de Microsoft se produce en medio de crecientes preocupaciones antimonopolio sobre su acuerdo con OpenAI. Reguladores del Reino Unido y la Unión Europea han estado analizando este tipo de asociaciones, así como otros acuerdos importantes en el campo de la inteligencia artificial, que incluyen a compañías como Amazon y Google. Estos movimientos reflejan el cambiante panorama regulatorio en torno a las relaciones de las grandes tecnológicas con los proveedores de inteligencia artificial.
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Durante un período de turbulencia que vio el despido y la reinstalación del CEO de OpenAI, Sam Altman, la presencia de un observador de Microsoft en la junta era vista como un medio para abordar preguntas sobre el interés de Microsoft en la startup. En general, la decisión de Microsoft de abandonar su asiento de observador es vista como una respuesta al entorno regulatorio y a la necesidad de gestionar cuidadosamente las complejas relaciones entre las grandes empresas tecnológicas y los proveedores de inteligencia artificial. OpenAI fue fundada en 2015 como una organización de investigación sin fines de lucro, con el objetivo de desarrollar una inteligencia artificial que sea segura y beneficiosa para toda la humanidad.