El expresidente Donald Trump fue objeto de un segundo intento de asesinato el pasado 15 de septiembre de 2024, mientras se encontraba jugando golf en su club de West Palm Beach, Florida. Un hombre armado con un rifle fue detectado por agentes del Servicio Secreto, quienes abrieron fuego en su contra. Aunque el sospechoso logró escapar en un SUV, fue detenido posteriormente por la policía local. Al ser inspeccionado el área, las autoridades encontraron dos mochilas que contenían un arma de estilo AK-47 con mira y una cámara GoPro, sugiriendo que el atacante planeaba filmar el ataque.
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Este incidente tiene lugar solo nueve semanas después de que el expresidente sobreviviera a un primer atentado durante un mitin en Butler, Pennsylvania, donde un disparo le rozó la oreja y un seguidor suyo perdió la vida. La respuesta de Trump a este primer ataque fue desafiante, instando a sus seguidores a "luchar", lo cual desató especulaciones sobre el impacto que estos incidentes podrían tener en su campaña electoral.
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La situación política en Estados Unidos ha alcanzado un nivel de extrema polarización que ha generado un aumento alarmante en la violencia política. Un informe reciente de la Universidad de Chicago reveló que el 10% de los adultos estadounidenses apoya la violencia contra Trump, mientras que el 6.9% apoya la violencia a favor de él. Este clima de inestabilidad se ha visto agravado por la desinformación y la polarización extrema.
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A medida que se acercan las elecciones, se han reportado numerosas amenazas de violencia, impulsadas en parte por rumores infundados sobre inmigrantes haitianos. La preocupación por la violencia extremista ha crecido entre la población, con más de dos tercios de los estadounidenses manifestando inquietud por posibles actos violentos después de las elecciones.
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Trump, quien enfrenta múltiples cargos legales y ha sido declarado culpable en un caso, continúa su campaña presidencial con un discurso de resistencia y solicitud de apoyo financiero a sus seguidores. La normalización de la violencia en la política estadounidense ha sido evidente en varios incidentes recientes, incluyendo el ataque al esposo de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el tiroteo en un ensayo de béisbol en 2017 que dejó a cinco personas heridas.
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El aumento en la violencia política y la intensa polarización reflejan una situación tensa y volátil en el país, lo que suscita preocupaciones sobre la integridad del proceso electoral y la estabilidad nacional.