El actor francés Alain Delon, fallecido a los 88 años el domingo, había expresado su deseo de que su perro Loubo, un pastor belga malinois de 10 años, fuera eutanasiado y enterrado junto a él en su tumba en Douchy, Loiret. Sin embargo, sus hijos han decidido no seguir esta solicitud tras la presión de activistas de derechos de los animales.
El 20 de agosto de 2024, la Fundación Brigitte Bardot confirmó que Anouchka Delon comunicó la decisión familiar de que Loubo, quien fue adoptado por Delon en 2014, no sería sacrificado sino que permanecería con la familia. Anouchka destacó que el perro es considerado parte de la familia, una postura respaldada por la Sociedad Protectora de Animales (SPA) en Francia, que ofreció su ayuda para encontrar un nuevo hogar para Loubo si fuese necesario.
En una declaración conjunta, sus hijos, Anthony, de 59 años, Anouchka, de 33 años, y Alain-Fabien, de 30 años, anunciaron que su padre falleció pacíficamente rodeado de ellos y de Loubo. En 2018, Delon había manifestado su profundo apego al perro, describiéndolo como su "perro del final de la vida" y expresando su deseo de que ambos fueran sacrificados juntos si él fallecía primero. Esta solicitud fue duramente criticada por la Fundación 30 Millones de Amigos, que insiste en el bienestar de Loubo.
Delon, conocido por su amor hacia los animales, había creado una capilla en su propiedad, La Brûlerie, donde descansan los restos de al menos 35 de sus perros. Así, los restos del actor descansarán en su hogar en Douchy con un funeral privado y sin ceremonias públicas, cumpliendo con su última voluntad. La capilla en la propiedad de Alain Delon, La Brûlerie, es un lugar especial que alberga los restos de al menos 35 de sus perros, reflejando su profundo amor y respeto por sus mascotas a lo largo de los años.