La tecnología de “enclaves audibles” ha sido desarrollada por un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania, bajo la dirección del profesor Yun Jing. Este avance utiliza ultrasonido para crear zonas de sonido localizadas, permitiendo que una persona escuche audio de manera privada sin recurrir a auriculares. Los hallazgos han sido detallados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, con publicación fechada el 17 de marzo de 2025.
El término "enclave" utilizado en esta tecnología proviene de la geografía, donde hace referencia a un territorio rodeado por otro, una analogía acertada ya que el sonido creado aquí permanece confinado y solo puede ser oído en un punto específico.
El sistema funciona a través de dos transductores de ultrasonido que emiten ondas a frecuencias ligeramente distintas. Cada transductor está equipado con metasuperficies, una especie de lentes acústicas formadas por microestructuras que controlan la dirección de las ondas ultrasónicas. Estas ondas convergen en un punto específico, donde la combinación de las señales produce sonido audible. Fuera de este punto de intersección, el sonido es inaudible para el oído humano.
Para probar la tecnología, los investigadores usaron un maniquí con micrófonos en los oídos, simulando cómo una persona percibiría el sonido al interactuar con el haz ultrasónico. Las pruebas confirmaron que el audio solo es detectable en dicho punto de convergencia, creando lo que se denomina un “enclave”. Actualmente, la tecnología alcanza una distancia efectiva de 1 metro (3.3 pies), con un nivel de audio de aproximadamente 60 decibelios, similar al volumen de una conversación normal. Los desarrolladores señalan que incrementar la intensidad de las ondas ultrasónicas podría permitir mayores alcances y volúmenes.

Esta innovación presenta una serie de aplicaciones potenciales en diversos entornos. En el ámbito educativo, podría ser utilizada en aulas para que un estudiante reciba instrucciones específicas sin perturbar a sus compañeros. En el interior de vehículos, permitiría al conductor escuchar las indicaciones del sistema de navegación sin interferir con lo que escuchan los pasajeros. En el sector de realidad virtual y aumentada, amplificaría las experiencias inmersivas sin alterar el sonido ambiental o molestar a otros.
Sin embargo, aún existen limitaciones que el equipo necesita resolver. Durante las pruebas iniciales, la calidad del sonido no alcanzó los estándares deseables, comparándose a la de una radio mal sintonizada. Para mejorarla, se requiere el desarrollo de emisores de ultrasonido más avanzados. Además, la rápida atenuación de las ondas ultrasónicas en el aire limita el rango de proyección del sonido. Si bien los investigadores ven factible ampliar la distancia del “enclave” a un par de metros, alcanzar distancias mayores, como 100 metros, plantea desafíos técnicos importantes.
La técnica de “enclaves audibles” representa un avance clave en el ámbito de la ingeniería de audio, abriendo nuevas puertas a interacciones personalizadas con el sonido en distintos espacios. A medida que se optimicen sus capacidades, este sistema podría transformar la manera en la que se utiliza el audio en nuestra vida cotidiana.