Recientemente, una tendencia alarmante ha surgido en TikTok, donde algunos usuarios sugieren que quemarse al sol o usar camas de bronceado puede ayudar a tratar el acné. Esta práctica ha sido categóricamente refutada por expertos en salud, quienes destacan no solo su ineficacia, sino también los peligros que conlleva para la salud dérmica.
Un estudio de 2023 con 19,939 participantes apuntó a una posible asociación entre la exposición a bajos niveles de UVB y un menor riesgo de acné moderado a severo. Sin embargo, este estudio presentó limitaciones significativas, incluyendo la falta de mediciones directas de la exposición UV, lo que debilita cualquier conclusión sólida sobre los efectos positivos de la radiación UV en el tratamiento del acné.
La exposición excesiva a la radiación UV, ya sea solar o de camas de bronceado, puede causar daños en el ADN de las células de la piel, aumentando así el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Un solo episodio de quemadura solar con ampollas en la infancia o adolescencia puede duplicar las probabilidades de padecer cáncer de piel en la vida adulta. Además, la frecuencia de quemaduras solares está directamente relacionada con un incremento en el riesgo de melanoma, el tipo de cáncer de piel más peligroso.
No solo el cáncer de piel es una amenaza; la radiación UV también contribuye significativamente al envejecimiento prematuro de la piel. Este fenómeno ocurre porque la radiación daña el colágeno y la elastina, proteínas cruciales para mantener la firmeza y elasticidad de la piel, lo que puede resultar en arrugas y flacidez.
Para quienes luchan contra el acné, los profesionales de la salud recomiendan tratamientos más efectivos y seguros, como los antibióticos orales y la isotretinoína. Este último ha demostrado ser altamente efectivo, con estudios mostrando que el 85% de los pacientes experimentan una mejora significativa en sus lesiones de acné después de cuatro meses de tratamiento. Es importante que los pacientes en tratamiento con estos medicamentos sean especialmente cuidadosos con la exposición al sol, ya que algunos de estos fármacos pueden aumentar la sensibilidad a la radiación UV.
Para minimizar los riesgos de la exposición solar, se aconseja el uso de protector solar de amplio espectro con un mínimo de SPF 30. Este debe ser re-aplicado cada dos horas y especialmente después de nadar o sudar. También es recomendable buscar sombra durante las horas pico de sol, que son entre las 10 a.m. y las 4 p.m.
Los expertos continúan enfatizando que la tendencia de usar el sol como tratamiento para el acné es no solo inútil, sino gravemente peligrosa. La recomendación unánime es buscar tratamientos aprobados y siempre consultar a un especialista antes de seguir cualquier consejo promocionado en redes sociales que pueda poner en riesgo la salud.