El Papa Francisco, a bordo de su vuelo de regreso a Roma después de un viaje de 12 días por Asia y Oceanía, aprovechó la conferencia de prensa para criticar duramente algunas de las políticas defendidas por figuras prominentes en la política estadounidense. Señaló al expresidente Donald Trump por su intención de deportar a millones de inmigrantes y a la vicepresidenta Kamala Harris por su ferviente apoyo a los derechos de aborto.
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“Llamémonos a la realidad: no dar la bienvenida a los migrantes es un grave pecado”, afirmó el Papa Francisco, destacando la importancia de la acogida y el respeto hacia los migrantes. Por otro lado, describió el aborto como un “asesinato”, poniendo un fuerte énfasis en su condena hacia esta práctica y reiterando que "debemos hablar de estas cosas claramente".
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Al referirse a las futuras elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, Francisco instó a los católicos a “elegir el menor de dos males”. Sin decantarse por ninguno de los candidatos, dijo: “No votar es feo. No es bueno. Debes votar. ¿Quién es el menor de los males? Esa dama o ese caballero? No lo sé. Todos, en conciencia, deben pensar y hacer esto”.
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El contexto de estas declaraciones se enmarca en una nación donde aproximadamente 52 millones de personas se identifican como católicos. En estados críticos para las elecciones como Pennsylvania y Wisconsin, más del 20% de la población adulta es católica, lo que subraya la considerable influencia que este grupo podría tener en los resultados electorales.
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En las elecciones de 2020, los votantes católicos en EE.UU. se mostraron divididos, con un 50% apoyando a Joe Biden y un 49% respaldando a Donald Trump. Este equilibrio en las preferencias electorales refleja la diversidad de pensamiento dentro de la comunidad católica en el país.
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Según el informe del Pew Research Center, el 75% de los católicos norteamericanos mantienen una opinión favorable del Papa Francisco, aunque este porcentaje ha disminuido un 8% desde 2021. Hay una clara diferencia de opinión entre los católicos demócratas y republicanos, con un 90% de los primeros teniendo una visión positiva del Papa, en comparación con el 63% de los segundos.
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El Papa Francisco ha sido un crítico constante de las políticas antiinmigrantes de Trump desde 2016, cuando calificó sus propuestas de alejadas de los principios cristianos. Asimismo, ha desafiado a los obispos católicos en EE.UU. a recalcar la importancia de la inmigración en cualquier discusión sobre la defensa de la vida.
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Estas declaraciones y posturas del Papa se suman a su largo historial de tomar posiciones firmes en temas políticos y sociales que intersectan con la fe, subrayando la importancia de valores como la acogida y la protección de la vida en todas sus formas.
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Francisco ha dejado claro que mientras se mantenga firme en sus convicciones sobre estos temas, la comunidad católica deberá navegar las complejidades de la política moderna, basada en la reflexión moral y ética que guían sus decisiones. El Papa Francisco ha sido consistente en su crítica a las políticas de inmigración de Trump desde 2016, afirmando en varias ocasiones que no reflejan los valores cristianos.