El reciente hallazgo en la cantera Dewars Farm Quarry en Oxfordshire, Inglaterra, ha revelado aproximadamente 200 huellas de dinosaurios que datan de hace 166 millones de años, durante el Período Jurásico Medio. Este sitio es considerado uno de los más grandes del mundo para huellas de dinosaurios.
Entre los detalles del descubrimiento, se destaca la presencia de cinco trackways distintos, con la pista más larga extendiéndose casi 500 pies (aproximadamente 150 metros). Las huellas, de un gran valor científico, fueron notadas por un trabajador de la cantera que observó "bultos inusuales" en la tierra mientras operaba una excavadora.
El equipo de excavación, compuesto por más de 100 investigadores de las Universidades de Oxford y Birmingham, empleó tecnología avanzada como imágenes de drones y modelado 3D para documentar el sitio. Durante una semana en junio de 2024, el equipo capturó más de 20,000 imágenes de las huellas, permitiendo una documentación detallada del hallazgo.
Entre las especies identificadas a partir de las huellas se encuentran el Megalosaurus y el Cetiosaurus. El Megalosaurus, un depredador carnívoro de 30 pies (aproximadamente 9 metros) de longitud, es conocido por sus huellas de tres dedos y fue el primer dinosaurio científicamente nombrado en 1824, su nombre significa "gran lagarto". Por otro lado, el Cetiosaurus, un herbívoro de cuello largo, podía medir hasta 60 pies (aproximadamente 18 metros) de longitud.
Las huellas de estos dinosaurios no solo aportan información sobre las especies que habitaron el Reino Unido durante el Jurásico Medio, sino también sobre posibles interacciones entre carnívoros y herbívoros, ya que se han encontrado huellas entrecruzadas de ambas especies en ciertos puntos del sitio.
Este descubrimiento es crucial para ampliar el conocimiento sobre el comportamiento, tamaño y velocidad de estos dinosaurios, además de proporcionar detalles sobre la deformación del barro causada por sus movimientos. El hallazgo en Dewars Farm se suma a investigaciones anteriores en la misma área, donde en 1997 se descubrieron más de 40 conjuntos de huellas, subrayando la relevancia científica de esta locación.
El análisis de estas huellas continúa ofreciendo una ventana fascinante al pasado, ayudando a los paleontólogos a entender mejor las dinámicas ecológicas y el ambiente en el que vivieron estos gigantes prehistóricos.