The Jewish Chronicle, fundado en 1841 y el periódico judío más antiguo del mundo, ha sido sacudido por un grave escándalo tras la retirada de nueve artículos relacionados con el genocidio en Gaza. Estos artículos, escritos por el periodista freelance Elon Perry, fueron eliminados después de una investigación interna que levantó serias dudas sobre la veracidad de sus afirmaciones y la legitimidad de sus credenciales.
Las afirmaciones de Perry incluían detalles sensacionalistas sobre operaciones militares israelíes y la inteligencia relacionada con Yahya Sinwar, líder de Hamas. Medios israelíes calificaron estas historias como "salvajes fabricaciones". Un caso específico involucraba el supuesto plan de Sinwar para escapar a Irán con rehenes, una afirmación desmentida categóricamente por la Israel Defense Forces (IDF) como infundada.
En consecuencia, la credibilidad del periódico se ha visto seriamente comprometida, lo que provocó la renuncia de cuatro de sus columnistas más prominentes: David Baddiel, Jonathan Freedland, David Aaronovitch y Hadley Freeman. Freedland, quien colaboró con el periódico durante 26 años, expresó su indignación por la falta de responsabilidad y transparencia del periódico respecto a su propiedad y dirección editorial.
El editor del diario, Jake Wallis Simons, asumió la responsabilidad por los errores editoriales y prometió implementar procedimientos internos más estrictos para evitar que situaciones similares ocurran en el futuro. A pesar de las disculpas, las críticas por la falta de supervisión y la petición de una investigación detallada sobre los estándares editoriales del periódico han sido numerosas.
Paralelamente, la propiedad del periódico ha sido objeto de escrutinio, ya que se ha especulado que podría estar financiado por un multimillonario estadounidense, aunque tal afirmación ha sido negada. Esta falta de claridad sobre quién controla el periódico ha exacerbado el descontento dentro de la comunidad judía, especialmente entre los judíos liberales británicos que sienten que la publicación ya no refleja sus puntos de vista.
Este incidente subraya los desafíos significativos que enfrentan las organizaciones de medios para mantener la integridad y la responsabilidad periodística, especialmente en contextos políticamente sensibles. The Jewish Chronicle fue fundado en 1841 y es conocido por ser el periódico judío más antiguo que sigue en circulación.