Las cirugías para cambiar el color de los ojos están ganando terreno en el mundo de la estética, pero conllevan riesgos considerables. Entre las técnicas más comunes se encuentran la queratopigmentación, la depigmentación láser y la inserción de implantes de silicona. Cada uno de estos procedimientos tiene sus particularidades y complicaciones potenciales.
La queratopigmentación implica hacer pequeñas incisiones en la córnea para insertar pigmentos que alteran el color del iris. Este método tiene una larga historia de uso, habiéndose llegado a utilizar pigmentos como el hollín en el pasado.
La depigmentación láser, por su parte, utiliza un láser para eliminar el pigmento de la capa externa del iris. Este procedimiento es efectivo solo para aclarar colores oscuros a tonos más claros como azul o gris, y es irreversible.
En cuanto a los implantes de silicona, estos se colocan sobre el iris para modificar su color. Sin embargo, los riesgos asociados son altos. Un ejemplo relevante es el caso de una modelo de Instagram que perdió el 50% de la visión en un ojo y el 80% en el otro tras complicaciones derivadas de este procedimiento.
Los riesgos comunes a todos estos métodos son múltiples. Las técnicas que comprometen las capas externas del ojo aumentan el riesgo de infecciones. Además, los pacientes pueden experimentar sensibilidad a la luz y cambios en la visión, y en situaciones extremas, ceguera. Otras complicaciones reportadas incluyen adelgazamiento y perforación de la córnea, glaucoma y cataratas. Incluso ha habido pacientes que experimentaron dolor ocular durante procedimientos de resonancia magnética.
En términos demográficos, el color de ojos más común a nivel mundial es el marrón, representando aproximadamente el 80% de la población. En contraste, los ojos verdes y avellana son los más raros, presentes solo en el 2% de la población, lo que podría explicar en parte el interés en estas cirugías.
Actualmente, no hay evidencia suficiente que respalde la seguridad o efectividad de estos procedimientos con fines meramente estéticos. En lugar de optar por estos métodos arriesgados, se recomienda considerar alternativas más seguras, como el uso de lentes de contacto de colores prescritos. A pesar de los peligros asociados, la popularidad de las cirugías para cambiar el color de ojos ha aumentado significativamente, especialmente en redes sociales y plataformas de influenciadores, donde la apariencia visual es altamente valorada.