Durante la cumbre celebrada en Washington el 14 de septiembre de 2024, ambos líderes, Keir Starmer y Joe Biden, examinaron diversas problemáticas de seguridad global, incluida la guerra en Ucrania, la crisis en Medio Oriente y la competencia con China. Análisis recientes indican que Irán podría estar enriqueciendo uranio para desarrollar armas nucleares, incrementando las tensiones internacionales.
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Fuentes británicas señalan que hay preocupaciones crecientes de que Rusia está intercambiando tecnología nuclear con Irán. Esta inquietud fue destacada la semana pasada por el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, quien advirtió sobre este intercambio de tecnología nuclear, anticipando un incremento en la inseguridad global. Un informe conjunto de Reino Unido, Francia y Alemania subraya que el stockpile de uranio altamente enriquecido de Irán ha crecido considerablemente, conteniendo ya cuatro cantidades significativas suficientes para fabricar una bomba nuclear.
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En términos de arsenal militar, se ha confirmado que Irán entregó a Rusia misiles balísticos Fath-360, con un alcance de hasta 120 km (75 millas). Este desarrollo ha obligado a las potencias occidentales a reevaluar sus estrategias militares. El histórico acuerdo nuclear de 2015, donde Irán accedió a detener el desarrollo de armas nucleares a cambio del alivio de sanciones, fue abandonado en 2018 por el entonces presidente Donald Trump. Desde entonces, Irán ha infringido los límites de enriquecimiento de uranio, exacerbando las tensiones.
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El contexto geopolítico es complejo, con una mayor colaboración entre Irán y Rusia en oposición a Occidente, acompañados de China y Corea del Norte, evocando una competencia interestatal similar a la Guerra Fría. Durante su reunión, Starmer y Biden también llegaron a un acuerdo preliminar que permitiría a Ucrania utilizar misiles Storm Shadow de largo alcance contra objetivos en Rusia. Este acuerdo refleja la creciente necesidad de apoyo militar occidental ante la intensificación del conflicto en Ucrania.
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El panorama global indica un aumento de la cooperación militar y tecnológica entre países que tradicionalmente se han opuesto a las influencias occidentales. La probable transferencia de tecnología nuclear y el suministro de misiles balísticos son señales claras de una futura inestabilidad, requiriendo acciones concertadas y estratégicas por parte de las potencias occidentales para mitigar los riesgos. Las acciones de Irán en violación del acuerdo nuclear de 2015 y la entrega de misiles a Rusia representan desafíos significativos para la seguridad global y requieren una respuesta robusta y coordinada por parte de la comunidad internacional. El misil balístico Fath-360, entregado por Irán a Rusia, pertenece a una familia de misiles desarrollados en Irán que tienen la capacidad de alcanzar objetivos a diferentes distancias, aumentando así las capacidades ofensivas del país receptor.