Una creciente ola de investigaciones apunta a la alarmante adicción que generan los alimentos ultra-procesados, comparándolos con sustancias legales como el tabaco y el alcohol. Según datos revelados por múltiples estudios, alrededor del 14% de los adultos y el 12% de los niños presentan signos de adicción a estos productos. Las cifras proporcionadas por National Geographic son todavía más preocupantes, sugiriendo que hasta el 20% de los adultos y el 15% de los niños y adolescentes podrían estar afectados.
Los alimentos ultra-procesados son diseñados específicamente para ser hiper-palatables, utilizando ingredientes alterados industrialmente para aumentar su contenido de grasas, azúcares y sal. Esta combinación no solo incrementa su sabor y textura, sino que también puede desencadenar comportamientos de consumo compulsivo. La Prof. Ashley Gearhardt, de la Universidad de Michigan, ha resaltado que la adicción a estos alimentos puede estar a la par de la generada por el tabaco o el alcohol. Gearhardt es la creadora de la Escala de Adicción a la Comida de Yale, una herramienta que mide la dependencia a estos productos.
El consumo de alimentos ultra-procesados no se limita a una cuestión de indulgencia; su formulación está diseñada para asegurar que los consumidores los deseen y los consuman con frecuencia. Estos productos están llenos de calorías vacías, con poco o ningún valor nutricional, lo que contribuye a la obesidad y otras enfermedades crónicas. El atractivo de estos alimentos radica en su capacidad para proporcionar una gratificación instantánea pero efímera, obligando a los individuos a buscar una repetición constante de esta experiencia sensorial.
El impacto de esta adicción se extiende más allá de las estadísticas; afecta la vida diaria de millones de personas, modificando sus hábitos alimenticios y su salud general. La adicción a los alimentos ultra-procesados no es solo una batalla contra los antojos, sino una lucha contra productos diseñados meticulosamente para dominar la voluntad del consumidor, tal como indica Gearhardt en su investigación.