El 6 de marzo de 2025, un grupo de 29 efectivos de la Fuerza Pública de Colombia compuesto por 27 policías, un subteniente y un mayor del Ejército fue secuestrado por el frente Carlos Patiño, una de las facciones disidentes de las FARC. El ataque ocurrió mientras las fuerzas intentaban controlar disturbios registrados en los corregimientos de El Plateado y La Hacienda, ubicados en el conflictivo departamento del Cauca. La situación fue confirmada por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, un día después, en una rueda de prensa.
El enfrentamiento se produjo en medio de la operación Perseo, en curso desde octubre de 2024, que contempla la movilización de más de mil soldados. Este operativo tiene como objetivo principal recuperar el control de la región, seriamente afectada por la influencia de grupos armados ilegales. Sin embargo, los avances han sido limitados.
El ministro Sánchez calificó el ataque y los disturbios como una "situación caótica", presentando además material audiovisual donde se evidenciaban violentos actos contra miembros de la Fuerza Pública, incluidos intentos de incinerarlos. Las disidencias no se limitaron al ataque directo, e incluso derribaron un puente que une a las comunidades de El Plateado y La Hacienda, agravando los problemas de movilidad para los habitantes civiles del área.
Sánchez denunció categóricamente que estas acciones representan crímenes de guerra y violaciones al Derecho Internacional Humanitario. Según afirmó, el grupo armado no solo aterroriza a los uniformados sino que también desplaza y amedrenta a la población civil, intensificando el clima de violencia en esta región que se ha convertido en un bastión estratégico para el tráfico de drogas ilícitas.
La Defensoría del Pueblo ha señalado previamente al Cauca como uno de los puntos más críticos de conflicto armado en Colombia. En 2024, el departamento vivió un aumento significativo de violencia, marcado por ataques armados y atentados contra comunidades indígenas. Dichos hechos llevaron al gobierno nacional a suspender en marzo del mismo año un cese al fuego con el Estado Mayor Central, otra estructura disidente de las FARC, tras un ataque contra una minga indígena. Para julio, las operaciones militares contra estos grupos se retomaron.
El frente Carlos Patiño ha sido señalado como un actor fundamental en la persistente situación de inseguridad en el Cauca, ejerciendo control territorial a través de prácticas violentas y del uso del miedo entre las comunidades locales. La región se mantiene en alerta máxima mientras las autoridades evalúan los pasos a seguir frente a esta crisis.