Los países de Sudamérica han optado por no enviar observadores a las elecciones presidenciales de Venezuela, previstas para el 28 de julio de 2024. La decisión, que incluye a Brasil y Colombia, ambos considerados aliados de Venezuela, podría tener implicaciones importantes en el ámbito político y económico de la región.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil anunció el 24 de julio que no enviará técnicos a Venezuela. Esta resolución surge tras las declaraciones del presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien cuestionó la integridad del sistema electoral brasileño. En respuesta, el TSE aseguró en un comunicado que las urnas electrónicas brasileñas son auditables y seguras.
Colombia, por su parte, ya había comunicado el 31 de mayo su decisión de no enviar observadores debido a problemas de tiempo para estructurar una misión técnica adecuada. El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, explicó que, aunque no habrá observadores técnicos, algunas personalidades colombianas estarán presentes el día de las elecciones en Venezuela.
El panorama se complicó aún más con la renuncia del expresidente argentino Alberto Fernández, quien había sido invitado como veedor por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela. Fernández decidió no asistir tras una solicitud del gobierno venezolano, luego de que sus comentarios sobre la necesidad de que los resultados fueran aceptados por ambas partes incomodaran al gobierno de Maduro.
En cuanto a los comicios, se presentan diez candidatos, siendo los principales Nicolás Maduro, actual presidente, y Edmundo González. La tensión política en Venezuela es palpable, y el resultado de estas elecciones podría tener consecuencias significativas en las relaciones políticas y económicas de la región.
Con la ausencia de observadores de países clave y la controversia generada alrededor de las elecciones, el proceso electoral en Venezuela se mira con atención desde distintos puntos del globo. Las decisiones de Brasil y Colombia destacan la complejidad y la sensibilidad de la situación política en Venezuela y su impacto en el continente sudamericano.