Las recientes y mortales protestas en Kenia, desencadenadas por un proyecto de ley financiero que proponía aumentos de impuestos, han puesto de relieve la profunda crisis de deuda que enfrenta el país. Según las informaciones proporcionadas por fuentes como Voice of America y DW, las manifestaciones, que se extendieron por 35 de los 47 condados de Kenia, se tornaron violentas cuando los manifestantes irrumpieron en el parlamento en Nairobi, lo que provocó una respuesta letal de la policía y resultó en más de 20 muertes.
El presidente de Kenia, William Ruto, anunció la eliminación del polémico proyecto de ley, optando en su lugar por recortes presupuestarios y medidas de austeridad como alternativas para enfrentar la crisis. Esta decisión llega en un contexto de crecientes críticas hacia sus promesas de campaña y planes presupuestarios que provocaron descontento generalizado, especialmente entre los jóvenes.
Kenia enfrenta una deuda significativa, que asciende a $80 mil millones en deuda interna y externa, lo que representa un 68% de su PIB. La mayoría de esta deuda se debe a tenedores de bonos internacionales, siendo China el mayor acreedor bilateral con $5.7 mil millones. La crisis de deuda ha sido atribuida a varios factores, incluyendo el impacto de la pandemia de COVID-19, el aumento global de los precios de alimentos y energía, y las inundaciones inducidas por el cambio climático.
El origen de la crisis ha sido objeto de debate entre expertos, quienes discuten si culpar a instituciones monetarias occidentales, a China, o a la falta de una red de seguridad financiera global. Los líderes opositores han exigido al gobierno que cese la violencia y escuche las demandas de los ciudadanos, mientras que la situación económica del país continúa deteriorándose.
En un incidente trágico destacado por AP News, Edith Wanjiku enterró a su hijo Ibrahim Kamau, un adolescente que fue la primera víctima mortal de las protestas. Además, Ian Keya, otro manifestante herido de gravedad, fue sometido a cirugía y enfrenta una posible parálisis tras ser disparado por un oficial de policía vestido de civil. Organizaciones de derechos humanos han acusado a la policía de uso excesivo de la fuerza y de cometer asesinatos durante las protestas.
La situación tensa en Kenia ha captado la atención internacional, con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, haciendo hincapié en la necesidad urgente de abordar los problemas de deuda en los países en desarrollo para evitar que situaciones similares se repitan en otros lugares.