Bill Gates ha asegurado que la inteligencia artificial desempeñará un rol significativo en la consecución de objetivos climáticos, contrarrestando las inquietudes sobre el impacto ambiental de los nuevos centros de datos. Pese a que una consulta de IA como ChatGPT consume casi 10 veces más electricidad que una búsqueda en Google, Gates argumenta que la IA impulsará la eficiencia energética, permitiendo a los países reducir su consumo global de energía.
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Según el artículo de The Guardian, se estima que las emisiones de carbono de los centros de datos podrían duplicarse entre 2022 y 2030 debido al incremento del uso de IA. Un aumento en el número de estos centros podría elevar la demanda de electricidad hasta en un 10% en naciones desarrolladas. Aun así, Gates confía en que nuevas inversiones en electricidad verde compensen esta demanda adicional. "Las empresas tecnológicas están dispuestas a pagar extra por usar fuentes de energía limpia", comentó Gates.
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Durante su intervención en Londres, Gates también advirtió que a pesar de los avances en IA y tecnología de energía verde, es posible que el mundo no logre sus objetivos climáticos para 2050, quedándose rezagado hasta 15 años debido a la insuficiencia de electricidad verde necesaria para la eliminación de combustibles fósiles.
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La preocupación sobre el impacto de carbono de la IA no se limita al consumo de energía. Microsoft, por ejemplo, ha experimentado un aumento en sus emisiones indirectas en parte debido a la construcción de nuevos centros de datos a nivel global. No obstante, hay desarrollos positivos en el horizonte. Google ha logrado una reducción del 40% en su factura de enfriamiento de centros de datos gracias a la implementación de tecnología de aprendizaje profundo de su laboratorio de IA, DeepMind.
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Gates concluye que, aunque la IA presenta retos en términos de demanda energética y emisiones de carbono, también ofrece oportunidades significativas para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones a largo plazo. La clave, según él, es acelerar la transición hacia energías verdes para cumplir con los ambiciosos objetivos climáticos establecidos. Una búsqueda en Google consume aproximadamente 0.0003 kWh de energía, mientras que una consulta en ChatGPT puede requerir hasta 10 veces más, subrayando la necesidad de hacer centros de datos más eficientes energéticamente.