El rápido desarrollo y adopción de la inteligencia artificial (IA) está transformando numerosos sectores económicos, pero también está generando un notable incremento en la demanda energética de los centros de datos a nivel mundial. Según Andrew R. Chow en un artículo publicado el 12 de junio de 2024 en TIME, la demanda de electricidad de los centros de datos globales se duplicará con creces entre 2022 y 2026.
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Actualmente, los centros de datos representan más del 1% del consumo mundial de electricidad. El impulso de las grandes empresas tecnológicas por desarrollar modelos de inteligencia artificial más poderosos está duplicando los costos de potencia computacional cada nueve meses, lo cual eleva significativamente la demanda energética.
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Los modelos de IA, cuya energía consumida no siempre es transparente, están ampliando sus requerimientos no solo en términos de electricidad sino también de recursos hídricos. Se estima que los centros de datos dedicados a la IA necesitarán 90 billones de vatios-hora de electricidad globalmente para 2026. Además, la creciente demanda podría llevar a que estos centros consuman más de un billón de galones de agua dulce para 2027.
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Una nota particular proviene de los centros de datos de Microsoft en Goodyear, Arizona, que se espera consuman más de 50 millones de galones de agua potable al año. Similar situación se observa en China, donde se proyecta que los centros de datos consumirán una cantidad de agua que superará el uso doméstico en varias ciudades.
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El panorama se complica al considerar el impacto ambiental. El uso agresivo de combustibles fósiles para satisfacer la creciente demanda energética de los centros de datos ha suscitado preocupaciones importantes respecto a los esfuerzos globales contra el cambio climático. La industria de la IA podría consumir, en un futuro cercano, una cantidad de energía equivalente al consumo actual de países como Suecia o Alemania.
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Otro aspecto crítico señalado por los expertos, como Luc van Vliet en su artículo de The Conversation actualizado el 5 de junio de 2024, es la falta de estudios sistemáticos sobre el consumo de agua en la industria de la IA y la escasa transparencia de las compañías tecnológicas en cuanto a su huella hídrica. Las altas demandas de agua para enfriar servidores y producir energía están provocando protestas en diversas comunidades, particularmente donde los recursos hídricos son limitados.
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A pesar de los optimismos de algunos pioneros de la industria tecnológica sobre la capacidad para satisfacer esta creciente demanda, la fórmula para equilibrar el desarrollo de la IA y la sustentabilidad ambiental sigue siendo un desafío pendiente. Mientras tanto, el mercado de centros de datos en la región Asia-Pacífico se proyecta que alcanzará los 48 mil millones de dólares para 2027.
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Las implicaciones del consumo energético y de agua en los centros de datos dedicados a la IA subrayan la necesidad de un enfoque más transparente y sostenible que permita mitigar los impactos ambientales negativos sin frenar el avance tecnológico. El consumo de electricidad de un solo modelo de IA avanzado puede llegar a ser equivalente al de cientos de miles de búsquedas en Google, resaltando el coste energético que conlleva el desarrollo y la adopción a gran escala de la inteligencia artificial.