El 23 de mayo, un misil ruso impactó la principal imprenta de libros de Ucrania, la Factor Druk en Járkiv, resultando en la muerte de siete personas e hiriendo a otras veintiuna. La directora general de la imprenta, Tetiana Hryniuk, describió el ataque como devastador, subrayando que ocurrió en uno de los complejos de impresión más grandes de Europa. Járkiv, que es el centro editorial de Ucrania, ha visto afectada su capacidad de impresión de libros debido a este ataque.
‍

El impacto destruyó 50,000 libros, incluyendo literatura infantil, libros de texto escolares ucranianos y novelas populares. La Factor Druk era responsable de imprimir el 40% de estos libros destinados a las aulas para el nuevo año académico de septiembre. Además, el ataque arrasó con la primera tirada de "Words and Bullets", una colección de entrevistas sobre la guerra con escritores ucranianos, entre los que se incluía Victoria Amelina, una autora que fue asesinada en junio de 2023 por un misil ruso en Kramatorsk.
‍

Emma Shercliff, agente literaria de Amelina, denunció que esta destrucción es parte de un intento sistemático de eliminar a los escritores y productores culturales ucranianos. Yuliya Orlova, directora ejecutiva de Vivat, una de las principales editoriales del país, afirmó que Moscú busca "borrar quiénes somos". Orlova explicó que, a pesar de la destrucción, se planea continuar el trabajo con la producción trasladada a otras imprentas.
‍

Emily Finer, de la Universidad de St Andrews, destacó que la prioridad en la publicación de libros infantiles que aborden el trauma de la guerra en Ucrania es sin precedentes. Factor Druk, que solía producir más de un millón de libros al año, ahora se encuentra inactiva, lo que afecta significativamente la capacidad de impresión de Járkiv.
‍

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, visitó el lugar del ataque al día siguiente, denunciando que Rusia está "en guerra con la humanidad y todos los aspectos de la vida normal". La Fundación Howard G Buffett prometió €5.1 millones para restaurar la imprenta, afirmando que "pueden destruir libros, pero no la resistencia y el compromiso ucranianos".
‍

Tetiana Hryniuk expresó optimismo sobre el futuro, afirmando que "tenemos uno" y calificó de ridículas las acusaciones rusas de que la imprenta producía drones. Pese a los desafíos, se espera que la Factor Druk sea restaurada en seis meses, aunque la pérdida de recursos de impresión en Járkiv complicará la producción de libros escolares y de otras categorías.
‍

El ataque ha despertado un notable sentimiento de solidaridad y resistencia en Ucrania. Los ciudadanos han manifestado su apoyo a la industria editorial y cultural del país, desafiando la destrucción provocada por Rusia. La Factor Druk es una de las imprentas más grandes de Europa y era responsable de producir una parte significativa de la literatura escolar ucraniana. La destrucción de 50,000 libros en un solo ataque representa una pérdida cultural y educativa invaluable.