A las 18:00 horas del 16 de septiembre de 2024, Portugal registraba 43 incendios forestales activos, principalmente concentrados en las regiones del centro y norte del país. La gravedad de la situación obligó al Gobierno portugués a solicitar asistencia internacional a través del Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea.
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Hasta el momento, los incendios han dejado un saldo trágico de 3 muertos y 17 heridos, entre ellos 3 bomberos que sufrieron quemaduras graves. Entre las víctimas se encuentra un bombero que falleció súbitamente mientras combatía el fuego en Oliveira de Azeméis y un brasileño de 28 años que murió carbonizado al intentar rescatar maquinaria de su empresa.
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En respuesta a la petición de ayuda de Portugal, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció el envío urgente de ocho aviones de extinción de incendios. España, Francia, Grecia e Italia han mostrado su solidaridad, con España enviando dos hidroaviones anfibios entre los recursos aportados.
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Se ha desplegado un impresionante dispositivo de lucha contra incendios en la nación lusa, compuesto por 37 medios aéreos, 1,095 medios terrestres y 3,673 efectivos. Sin embargo, las condiciones meteorológicas adversas, con altas temperaturas y fuertes vientos, complican las labores de extinción y aumentan el riesgo de propagación hasta el 18 de septiembre.
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La situación ha llevado a la evacuación de al menos 70 personas de localidades afectadas, como Oliveira de Azeméis, Sever do Vouga, Águeda, Gondomar y Cabeceiras de Basto. También se han cerrado tramos en seis autovías, incluyendo un trecho crucial de la principal carretera entre Lisboa y Oporto. El tráfico ferroviario en varias áreas también se ha visto interrumpido.
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Además de las severas interrupciones en la infraestructura vial y ferroviaria, se evacuaron tres escuelas y un campamento que albergaba a unas 30 familias gitanas para garantizar su seguridad. El impacto material incluye unas 20 edificaciones afectadas, según informó el alcalde de Albergaria-a-Velha, António Loureiro, quien también instó a la población a tomar medidas de autoprotección.
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El primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, ha suspendido todas sus actividades para supervisar la crisis de cerca. “Nuestros esfuerzos están dirigidos a salvaguardar vidas y propiedades, pero necesitamos más recursos para enfrentar estos incendios,” señaló Montenegro, subrayando la necesidad de refuerzos internacionales para enfrentar esta emergencia.
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La situación es crítica y las autoridades continúan trabajando incansablemente para controlar los incendios y proteger a las comunidades afectadas. El apoyo europeo sera vital para gestionar y mitigar los efectos de estos incendios que han generado una situación de emergencia en el país.