El mercado de valores francés se ha visto gravemente afectado por la incertidumbre política actual. El índice CAC 40, que agrupa las 40 acciones más importantes de la Bolsa de París, registró una caída del 2.7% solo el viernes, sumando más del 6% de pérdidas en la última semana. Se trata de la peor semana del índice desde marzo de 2022. Los bonos franceses también han sentido el impacto, con un aumento significativo en los costos de endeudamiento. La última vez que el índice CAC 40 registró una caída similar fue en marzo de 2022, cuando los mercados respondieron a la incertidumbre global derivada del conflicto en Ucrania.
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La principal preocupación de los inversores radica en la posibilidad de que el partido de extrema derecha, liderado por Marine Le Pen, obtenga una victoria en las próximas elecciones parlamentarias. Le Pen ha propuesto políticas económicas proteccionistas y un incremento en el gasto público, lo que ha generado una atmósfera de desconfianza entre los mercados financieros. Estas políticas podrían poner en riesgo los esfuerzos del gobierno actual para reducir el déficit presupuestario al 3% para el año 2027.
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El ministro de Finanzas francés ha emitido una advertencia sobre el riesgo de una crisis financiera si los partidos extremos, ya sea de derecha o de izquierda, llegan al poder. Esta inestabilidad política podría socavar las reformas pro-crecimiento implementadas durante la administración de Emmanuel Macron y afectar negativamente la economía francesa en su conjunto. Según una encuesta reciente, el partido de extremaderecha tiene posibilidades de obtener un tercio de los votos, lo que podría transformarse en un cambio sustancial en el poder político y la dirección económica del país.
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Esta situación también ha generado repercusiones en otros mercados europeos. La brecha entre los costos de endeudamiento de Francia y Alemania ha alcanzado su nivel más alto en siete años, reflejando la creciente incertidumbre política y económica. Los inversores están cada vez más preocupados por la estabilidad financiera de la región y las posibles implicaciones para la eurozona, especialmente si las políticas proteccionistas afectan el comercio y las finanzas internas europeas.