Ciencia

La Anomalía del Atlántico Sur: El Débil Campo Magnético que Expone a la Región a Mayor Radiación y Desafía la Tecnología Satelital

La Anomalía del Atlántico Sur (SAA) es una región de baja intensidad magnética situada entre América del Sur y el suroeste de África, estudiada intensamente por la NASA debido a sus efectos adversos en los satélites y la exposición a partículas cargadas del Sol.

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La Anomalía del Atlántico Sur: El Débil Campo Magnético que Expone a la Región a Mayor Radiación y Desafía la Tecnología Satelital

La Anomalía del Atlántico Sur (SAA) es una región de baja intensidad magnética situada entre América del Sur y el suroeste de África, estudiada intensamente por la NASA debido a sus efectos adversos en los satélites y la exposición a partículas cargadas del Sol.

“La anomalía plantea desafíos notables para las misiones satelitales, forzando a los operadores a tomar precauciones adicionales”

- Informó un portavoz de la NASA.

2/1/2025

La Anomalía del Atlántico Sur (SAA) representa una zona significativa de baja intensidad magnética en el campo geomagnético de la Tierra, extendiéndose entre América del Sur y el suroeste de África. Esta región permite que las partículas cargadas del cinturón de radiación de Van Allen se acerquen más a la superficie terrestre, exponiendo los satélites que atraviesan esta área a protones de alta energía que pueden causar fallos en sus sistemas y daños permanentes.

Para mitigar estos riesgos, los operadores de satélites a menudo apagan componentes no esenciales al atravesar la SAA. Sin embargo, la expansión hacia el oeste y el debilitamiento en intensidad de la anomalía, junto con su reciente división en dos lóbulos, han presentado nuevos retos para las misiones satelitales.

Observaciones mediante el CubeSat Lucky 7 han mostrado que la SAA se mueve en dirección oeste a una tasa de aproximadamente 0.34° por año y hacia el sur a 0.23° por año. Estos datos han sido corroborados por un estudio de 2021 que indica un movimiento al oeste de 0.33°/año y al sur de 0.25°/año. Por otra parte, la misión SAMPEX (Solar, Anomalous, and Magnetospheric Particle Explorer) ha registrado tasas de 0.20 ± 0.04° al oeste y 0.11 ± 0.01° al sur por año. Estas observaciones sugieren una compleja dinámica en el comportamiento de la SAA.

La NASA ha estado monitoreando esta región para entender mejor su evolución y los efectos en la tecnología espacial. El modelo IGRF12 (International Geomagnetic Reference Field) predice un movimiento de la SAA similar al observado, con una tasa de 0.24 ± 0.01° al oeste y 0.06 ± 0.02° al sur. El origen de esta anomalía se atribuye a la inclinación del eje magnético de la Tierra y al flujo de metales fundidos en el núcleo externo de la Tierra, a una profundidad de aproximadamente 2,900 km.

La SAA no solo afecta a la tecnología satelital, sino también a la salud de los astronautas, quienes pueden estar expuestos a niveles peligrosos de radiación cuando atraviesan esta región. Instrumentos como el Global Ecosystem Dynamics Investigation (GEDI) a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) han registrado "blips" en sus detectores debido a la radiación incrementada en la SAA.

La NASA continúa utilizando datos de diversas misiones y estudios geofísicos, como el proyecto Swarm de la ESA, para comprender mejor la evolución de la SAA y sus implicancias para el entorno espacial.

La investigación sigue siendo crucial para mitigar los riesgos asociados a la Anomalía del Atlántico Sur, tanto para la tecnología espacial como para la salud de los astronautas. Estratégicamente, esta vigilancia permite optimizar las misiones satelitales, asegurando la continuidad operativa pese a las adversidades presentadas por esta compleja y cambiante región del campo magnético terrestre.

Algo Curioso

“La anomalía plantea desafíos notables para las misiones satelitales, forzando a los operadores a tomar precauciones adicionales”

- Informó un portavoz de la NASA.

Jan 2, 2025
Colglobal News

La Anomalía del Atlántico Sur (SAA) representa una zona significativa de baja intensidad magnética en el campo geomagnético de la Tierra, extendiéndose entre América del Sur y el suroeste de África. Esta región permite que las partículas cargadas del cinturón de radiación de Van Allen se acerquen más a la superficie terrestre, exponiendo los satélites que atraviesan esta área a protones de alta energía que pueden causar fallos en sus sistemas y daños permanentes.

Para mitigar estos riesgos, los operadores de satélites a menudo apagan componentes no esenciales al atravesar la SAA. Sin embargo, la expansión hacia el oeste y el debilitamiento en intensidad de la anomalía, junto con su reciente división en dos lóbulos, han presentado nuevos retos para las misiones satelitales.

Observaciones mediante el CubeSat Lucky 7 han mostrado que la SAA se mueve en dirección oeste a una tasa de aproximadamente 0.34° por año y hacia el sur a 0.23° por año. Estos datos han sido corroborados por un estudio de 2021 que indica un movimiento al oeste de 0.33°/año y al sur de 0.25°/año. Por otra parte, la misión SAMPEX (Solar, Anomalous, and Magnetospheric Particle Explorer) ha registrado tasas de 0.20 ± 0.04° al oeste y 0.11 ± 0.01° al sur por año. Estas observaciones sugieren una compleja dinámica en el comportamiento de la SAA.

La NASA ha estado monitoreando esta región para entender mejor su evolución y los efectos en la tecnología espacial. El modelo IGRF12 (International Geomagnetic Reference Field) predice un movimiento de la SAA similar al observado, con una tasa de 0.24 ± 0.01° al oeste y 0.06 ± 0.02° al sur. El origen de esta anomalía se atribuye a la inclinación del eje magnético de la Tierra y al flujo de metales fundidos en el núcleo externo de la Tierra, a una profundidad de aproximadamente 2,900 km.

La SAA no solo afecta a la tecnología satelital, sino también a la salud de los astronautas, quienes pueden estar expuestos a niveles peligrosos de radiación cuando atraviesan esta región. Instrumentos como el Global Ecosystem Dynamics Investigation (GEDI) a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) han registrado "blips" en sus detectores debido a la radiación incrementada en la SAA.

La NASA continúa utilizando datos de diversas misiones y estudios geofísicos, como el proyecto Swarm de la ESA, para comprender mejor la evolución de la SAA y sus implicancias para el entorno espacial.

La investigación sigue siendo crucial para mitigar los riesgos asociados a la Anomalía del Atlántico Sur, tanto para la tecnología espacial como para la salud de los astronautas. Estratégicamente, esta vigilancia permite optimizar las misiones satelitales, asegurando la continuidad operativa pese a las adversidades presentadas por esta compleja y cambiante región del campo magnético terrestre.

La Anomalía del Atlántico Sur (SAA) representa una zona significativa de baja intensidad magnética en el campo geomagnético de la Tierra, extendiéndose entre América del Sur y el suroeste de África. Esta región permite que las partículas cargadas del cinturón de radiación de Van Allen se acerquen más a la superficie terrestre, exponiendo los satélites que atraviesan esta área a protones de alta energía que pueden causar fallos en sus sistemas y daños permanentes.

Para mitigar estos riesgos, los operadores de satélites a menudo apagan componentes no esenciales al atravesar la SAA. Sin embargo, la expansión hacia el oeste y el debilitamiento en intensidad de la anomalía, junto con su reciente división en dos lóbulos, han presentado nuevos retos para las misiones satelitales.

Observaciones mediante el CubeSat Lucky 7 han mostrado que la SAA se mueve en dirección oeste a una tasa de aproximadamente 0.34° por año y hacia el sur a 0.23° por año. Estos datos han sido corroborados por un estudio de 2021 que indica un movimiento al oeste de 0.33°/año y al sur de 0.25°/año. Por otra parte, la misión SAMPEX (Solar, Anomalous, and Magnetospheric Particle Explorer) ha registrado tasas de 0.20 ± 0.04° al oeste y 0.11 ± 0.01° al sur por año. Estas observaciones sugieren una compleja dinámica en el comportamiento de la SAA.

La NASA ha estado monitoreando esta región para entender mejor su evolución y los efectos en la tecnología espacial. El modelo IGRF12 (International Geomagnetic Reference Field) predice un movimiento de la SAA similar al observado, con una tasa de 0.24 ± 0.01° al oeste y 0.06 ± 0.02° al sur. El origen de esta anomalía se atribuye a la inclinación del eje magnético de la Tierra y al flujo de metales fundidos en el núcleo externo de la Tierra, a una profundidad de aproximadamente 2,900 km.

La SAA no solo afecta a la tecnología satelital, sino también a la salud de los astronautas, quienes pueden estar expuestos a niveles peligrosos de radiación cuando atraviesan esta región. Instrumentos como el Global Ecosystem Dynamics Investigation (GEDI) a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) han registrado "blips" en sus detectores debido a la radiación incrementada en la SAA.

La NASA continúa utilizando datos de diversas misiones y estudios geofísicos, como el proyecto Swarm de la ESA, para comprender mejor la evolución de la SAA y sus implicancias para el entorno espacial.

La investigación sigue siendo crucial para mitigar los riesgos asociados a la Anomalía del Atlántico Sur, tanto para la tecnología espacial como para la salud de los astronautas. Estratégicamente, esta vigilancia permite optimizar las misiones satelitales, asegurando la continuidad operativa pese a las adversidades presentadas por esta compleja y cambiante región del campo magnético terrestre.

Algo Curioso

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