El 24 de diciembre de 2024, Colombia experimentó un sismo de magnitud 4.4 a las 3:33 p.m. hora local, según datos del Servicio Geológico Colombiano (SGC). El epicentro del temblor se localizó en Maceo, Antioquia, a aproximadamente 6 kilómetros del municipio y a una profundidad menor de 30 kilómetros. La sacudida fue lo suficientemente fuerte como para ser percibida en varias ciudades del país.
Entre los municipios afectados se encuentran Medellín, Envigado, Itagüí, Rionegro, Segovia, Sabaneta, Bello y Yarumal, en el Valle de Aburrá. Además, el movimiento telúrico también fue sentido en Bucaramanga y Cabrera, en el departamento de Santander. Los usuarios de redes sociales reportaron especialmente la intensidad del temblor en el Valle de Aburrá.
Este evento sísmico fue el tercero registrado en el día. Los dos anteriores ocurrieron en Ituango, con una magnitud de 3.7, y en Los Santos, Santander, con una magnitud de 3.0. Hasta el momento, no se han reportado daños significativos ni víctimas, pero las autoridades han solicitado a la población mantenerse alerta ante posibles réplicas, que son comunes tras eventos de esta naturaleza.
El SGC ha señalado la alta sismicidad del país, que puede registrar un promedio de 2,500 sismos al mes, debido a la interacción de varias placas tectónicas en la región. La mayoría de estos movimientos son de baja magnitud y no generalmente perceptibles para la población. Sin embargo, eventos como el del 24 de diciembre resaltan la importancia de la preparación y la vigilancia constante.
Las réplicas son un fenómeno normal tras un sismo principal y pueden variar en magnitud. Por ello, el SGC y las autoridades locales refuerzan la necesidad de estar siempre preparados para actuar de manera segura ante un nuevo movimiento sísmico. Tomar en cuenta las recomendaciones de seguridad y seguir informaciones oficiales puede marcar la diferencia en la prevención de daños mayores.
La magnitud de un sismo se mide en la escala de Richter, y un 4.4 es catalogado como moderado. Pese a no haber causado daños significativos en esta ocasión, la concientización y la preparación continúan siendo cruciales en una región vulnerable como Colombia. Las autoridades reiteran la importancia del conocimiento y correcta ejecución de las medidas de seguridad como parte de la rutina poblacional.
Cabe destacar que la ubicación de Colombia en un área de alta actividad tectónica requiere un monitoreo constante y adopción de estrategias adecuadas para enfrentar los desafíos que representan los sismos, tanto para las infraestructuras como para la población en general.