El Consorcio Internacional de Epidemiología del Cáncer de Cabeza y Cuello (INHANCE) ha revelado un estudio que sugiere una posible relación entre el consumo de té y café y la disminución del riesgo de ciertos tipos de cáncer en estas regiones. Este hallazgo, basado en el análisis de datos de más de 9,500 casos de cáncer y 15,700 controles, ofrece una perspectiva alentadora, aunque con limitaciones que merecen atención.
El consumo de café, en particular, arrojó resultados significativos. Beber más de cuatro tazas de café con cafeína al día se asoció con un 17% menos de probabilidad de desarrollar cáncer de cabeza y cuello en comparación con quienes no lo consumen. Además, tres a cuatro tazas diarias se vincularon con una reducción del 41% en el riesgo de cáncer hipofaríngeo, mientras que el café descafeinado mostró una disminución del 25% en la probabilidad de padecer cáncer de cavidad oral. Estas estadísticas ofrecen indicios de que el café podría tener un efecto protector frente a ciertos tipos de cáncer.
Por otro lado, el té también presentó resultados interesantes, aunque con algunas contradicciones. Consumir hasta una taza diaria de té se asoció con una reducción del 9% en el riesgo general de cáncer de cabeza y cuello, y un consumo moderado estuvo relacionado con un 30% menos de probabilidad de cáncer en la parte inferior de la garganta. Sin embargo, un consumo superior a una taza diaria se vinculó con un aumento del 38% en el riesgo de cáncer laríngeo, lo que sugiere que factores como la temperatura de la bebida o compuestos específicos del té podrían influir negativamente en este caso.
A pesar de estas asociaciones prometedoras, los investigadores señalaron varias limitaciones del estudio. Los datos se basaron en la autoinformación de los participantes sobre sus hábitos de consumo, lo que podría generar inexactitudes. Además, no se diferenciaron los tipos de café o té consumidos, ni se controlaron completamente otros factores de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol, conocidos por aumentar considerablemente las probabilidades de desarrollar cáncer en la cabeza y el cuello.
Es importante recordar que este estudio no establece que el consumo de café o té sea un escudo contra el cáncer, sino que identifica patrones que requieren mayor investigación. El cáncer de cabeza y cuello, que incluye afecciones en áreas como la boca, garganta y laringe, sigue siendo un desafío importante para la salud pública. Factores como el consumo de tabaco, alcohol y la infección por el virus del papiloma humano (VPH) continúan siendo los principales responsables de su aparición.
Estos hallazgos, aunque preliminares, subrayan la necesidad de explorar cómo el consumo moderado de bebidas como el té y el café puede integrarse en estrategias de prevención del cáncer, siempre con la prudencia que exige la ciencia.