El 15 de septiembre de 2024, el ejército israelí reconoció que hay una “alta probabilidad” de que tres rehenes encontrados muertos en un túnel en Jabaliya en diciembre de 2023 fueran asesinados por error durante un ataque aéreo dirigido contra Ahmed al-Ghandour, jefe de la brigada norte de Hamas. Los rehenes, el coronel Nik Beizer y el sargento Ron Sherman, ambos de 19 años, y el civil franco-israelí Elia Toledano, de 28 años, habían sido secuestrados por Hamas el 7 de octubre de 2023.
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Las familias de los rehenes fueron informadas por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) de que una investigación exhaustiva había revelado que sus seres queridos murieron como resultado del ataque aéreo israelí. Este ataque, ocurrido en noviembre de 2023, se había centrado en al-Ghandour, quien estaba en un túnel. Los cuerpos fueron recuperados el 14 de diciembre, pero la causa probable de muerte solo se determinó recientemente.
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Inicialmente, las familias fueron notificadas de que los rehenes habían sido asesinados por sus captores de Hamas. En enero de 2024, el IDF rechazó las afirmaciones de Hamas de que los rehenes murieron en un ataque aéreo israelí. Este nuevo desarrollo podría aumentar la presión sobre el gobierno israelí para negociar la liberación de los rehenes restantes.
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En su declaración, el ejército israelí especificó que “en el momento del ataque, el IDF no tenía información sobre la presencia de rehenes en el complejo objetivo”. Además, la información sugería que los rehenes estaban ubicados en otro lugar, por lo que el área no fue designada como sospechosa de contener rehenes.
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Este error en la inteligencia ha resaltado las dificultades que enfrenta el ejército en contextos de conflictos urbanos y la alta precisión necesaria para evitar bajas colaterales. La comunidad internacional y diversos analistas de seguridad han considerado este incidente como un llamado para revisar y mejorar los protocolos y sistemas de inteligencia en operaciones militares.
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La revelación también podría impactar las relaciones entre Israel y las comunidades internacionales, dado el alto perfil de los rehenes afectados y la participación de un ciudadano franco-israelí, lo cual podría atraer la atención del gobierno francés.
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Las fallas identificadas en esta operación específica muestran la complejidad de las operaciones antiterroristas y la dificultad de evitar bajas no intencionadas, especialmente en escenarios con rehenes.
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Este evento subraya la necesidad de una colaboración más estrecha y efectiva en el ámbito de la inteligencia y la planificación militar para minimizar los riesgos a civiles y rehenes durante las operaciones militares en zonas conflictivas.
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La situación sigue siendo tensa, y los movimientos políticos y militares de las próximas semanas serán críticos para entender el alcance total de las repercusiones de este desastroso error.
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Las familias continúan buscando respuestas y justicia para sus seres queridos en medio de esta dura realidad.