Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, ha desatendido las repetidas advertencias de la administración de Joe Biden y ha incrementado la guerra en Gaza y Líbano. En las últimas semanas, Israel ha llevado a cabo bombardeos aéreos y una invasión terrestre en el sur de Líbano, causando el desplazamiento de más de un millón de personas.
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El 15 de octubre, en un movimiento sin precedentes, el Pentágono de Estados Unidos anunció el despliegue del sistema de defensa de misiles Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) en Israel, con aproximadamente 100 tropas estadounidenses para operarlo. Este despliegue supone la primera presencia abierta de fuerzas estadounidenses en Israel desde el inicio de la guerra en Gaza tras el ataque de Hamas en octubre de 2023.
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El conflicto también ha escalado con la intervención de Irán. El 1 de octubre, Irán lanzó más de 180 misiles balísticos contra Israel en reacción a los ataques israelíes contra Hezbollah, incluido el asesinato del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, el 27 de septiembre. A pesar de los intentos de la administración Biden por establecer "líneas rojas" y evitar ataques israelíes a instalaciones petroleras o nucleares en Irán, Netanyahu ha decidido proceder con sus operaciones militares.
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Desde octubre de 2023, Estados Unidos ha proporcionado casi $18 mil millones en armas y asistencia a Israel. Además, ha incurrido en $4.8 mil millones en gastos militares adicionales en el Medio Oriente a causa del conflicto, sumando un total de al menos $22.7 mil millones en apoyo militar. Desde 1948, Israel ha recibido aproximadamente $310 mil millones en asistencia extranjera de Estados Unidos, consolidando su posición como el mayor receptor de ayuda estadounidense.
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La estrategia de Biden de mantener una relación estrecha con Netanyahu ha resultado en una serie de humillaciones públicas y una escalada de la violencia en la región. Pese a su apoyo a Israel, Biden no ha logrado presionar a Netanyahu para un alto el fuego en Gaza, donde más de 41,000 palestinos han sido asesinados y casi el 90% de la población ha sido desplazada.
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Este nuevo despliegue y continuo apoyo se producen en un momento crítico para Biden, a solo tres semanas de las elecciones presidenciales, donde enfrenta a Donald Trump. Trump ha atraído a votantes indecisos al prometer una reducción de la participación militar de EE.UU. en el extranjero, complicando aún más el escenario político interno para las próximas elecciones.
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El respaldo militar constante de Estados Unidos a Israel y las repercusiones de este apoyo plantean interrogantes sobre la influencia real que la administración Biden tiene sobre Netanyahu y su capacidad para gestionar la política exterior en una región tan volátil. Israel ha sido el mayor receptor de ayuda extranjera de Estados Unidos desde su fundación en 1948, sumando aproximadamente $310 mil millones en asistencia.