El bioplástico celulosa diacetato (CDA), derivado de pulpa de madera, ha demostrado ser una alternativa prometedora al poliestireno en la lucha contra la contaminación plástica marina. En una FFF llevada a cabo por el Woods Hole Oceanographic Institution (WHOI), se estudió la degradación de foams de CDA en un entorno marino simulado durante un periodo de 36 semanas, utilizando agua de Martha’s Vineyard Sound.
Los resultados fueron contundentes: los foams de CDA perdieron entre el 65% y el 70% de su masa original, en comparación con el poliestireno (Styrofoam), que no mostró degradación alguna en el mismo periodo de tiempo. Esta significativa diferencia en la tasa de degradación posiciona al CDA como un posible sustituto de plásticos persistentes.
La investigación también comparó la degradación del foam de CDA con el CDA sólido y el papel, encontrando que el foam de CDA degradaba aproximadamente 15 veces más rápido que el CDA sólido y a una mayor velocidad que el papel. La clave de esta acelerada degradación reside en la estructura del foam: la introducción de microestructuras (poros) en el CDA incrementó notablemente su tasa de descomposición.
Para asegurar la objetividad de los resultados, el equipo de WHOI controló variables como la temperatura, la luz y otros factores ambientales para simular condiciones oceánicas reales. Experimentos previos también habían indicado que popotes de CDA foam se degradaron un 190% más rápido comparados con los de CDA sólido.
El CDA foam no solo destaca por su rápida degradación sino también por su aplicación potencial en la sustitución de plásticos persistentes. El bioplástico podría reemplazar productos de poliestireno, como bandejas de alimentos y envases desechables, que contribuyen significativamente a la contaminación marina. La empresa de bioplásticos Eastman, ya ha lanzado bandejas compostables de CDA foam como una alternativa sostenible a las bandejas de poliestireno.
Además del impacto ambiental positivo, el uso de bandejas de CDA foam tiene implicancias económicas favorables. Un estudio estima que esta sustitución podría reducir los costos sociales asociados con la contaminación plástica en aproximadamente $1.6 mil millones anuales solo en bandejas de alimentos. Al ser compostable y no persistente en el medio ambiente, el CDA foam representa un avance significativo hacia un ciclo de vida de producto más circular y sostenible.
Esta investigación no solo revalida la eficiencia material de los foams de CDA, sino que también subraya su rapidez en la degradación en entornos marinos, una característica crucial para abordar el problema de la contaminación plástica en los océanos. El nombre que se le da al bioplástico celulosa diacetato, que proviene de la pulpa de madera, está relacionado con su estructura química basada en celulosa, un componente fundamental de las paredes celulares de las plantas.