El 15 de octubre de 2024, el Gobierno de Colombia presentó un ambicioso "plan de choque" ante el Consejo de Seguridad de la ONU, dirigido a acelerar la ejecución del histórico acuerdo de paz firmado en 2016 con la disuelta guerrilla de las FARC. El plan fue expuesto por los ministros del Interior, Juan Fernando Cristo, y de Exteriores, Luis Gilberto Murillo.
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El plan tiene como objetivo principal agilizar la implementación del acuerdo en áreas clave que afectan la calidad de vida, la seguridad y el desarrollo en las regiones más impactadas por el conflicto. Se enfoca en seis áreas de trabajo que incluyen una reforma rural integral destinada a adjudicar tres millones de hectáreas de tierras, y la creación de pactos de transformación territorial que involucran a los tres niveles de gobierno y al sector privado para ejecutar proyectos específicos, como la sustitución de cultivos ilícitos.
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Además, se busca revitalizar los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) en 160 municipios gravemente afectados por la violencia. El plan también contempla avanzar en reformas normativas necesarias para la paz, a pesar de no contar con mayorías en el Congreso. Otro aspecto primordial es la mejora de la seguridad en un país que enfrenta al menos ocho conflictos armados simultáneos. Una comisión será establecida para hacer seguimiento continuo a la implementación de estos puntos.
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La presentación del plan se dio en un contexto en el cual la Misión de Verificación de la ONU en Colombia había publicado un informe trimestral que reconocía "avances históricos" del gobierno de Gustavo Petro, aunque también señalaba que dichos avances eran modestos en relación con los ambiciosos objetivos del acuerdo. Carlos Ruiz Massieu, representante especial de la ONU, puntualizó que la seguridad sigue siendo un grave impedimento para la paz, mencionando la persistente amenaza de grupos armados ilegales como el ELN y las disidencias de las FARC.
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Por su parte, el canciller Murillo admitió los enormes desafíos que enfrenta el gobierno, incluyendo la violencia y la escasez de recursos, pero reafirmó su compromiso con el proceso de paz. Asimismo, enfatizó la firma del primer punto del acuerdo con el ELN en mayo de 2024 como una señal positiva de avance.
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El impacto esperado de este plan es considerable. Se prevé una mejora en las condiciones de vida de aproximadamente siete millones de personas en Colombia. Además, el plan busca establecer un sólido acuerdo nacional que respete las reglas electorales y elimine la violencia de la política, según Murillo. El acuerdo de paz firmado en 2016 con las FARC es considerado uno de los hitos más importantes en la historia reciente de Colombia, al poner fin a un conflicto armado que duró más de 50 años y dejó una huella profunda en la sociedad colombiana.