La escasez crónica de sangre en los Estados Unidos ha impulsado la búsqueda de un sistema de sangre universal. En 2023, la donación de sangre se situó en su nivel más bajo en 20 años, con una necesidad crítica de sangre cada dos segundos. Para abordar este desafío, el equipo liderado por Chuanyi Lei desarrolló un innovador recubrimiento de silicio para células sanguíneas donadas.
El método consiste en cubrir las proteínas de superficie de las células sanguíneas con silicio, evitando que el organismo receptor las reconozca y active el sistema inmunológico. Esta técnica permite transfusiones seguras incluso entre diferentes especies, como se demostró al transfundir exitosamente células sanguíneas recubiertas de humanos a ratones.
Los resultados son impresionantes. Las células sanguíneas recubiertas mantuvieron su integridad de membrana, capacidad de flotar en plasma sanguíneo, producción de combustible celular y transporte de oxígeno.
Entre las ventajas destacadas del sistema se encuentran sus propiedades mecánicas superiores, que hacen a las células recubiertas resistentes a condiciones ambientales adversas y aptas para ser almacenadas por períodos prolongados. Adicionalmente, el recubrimiento previene que el sistema inmunológico reaccione contra las células transfundidas.
Más allá de las posibles aplicaciones en transfusiones, los investigadores identificaron la posibilidad de utilizar este sistema para almacenar órganos donados, reduciendo la dependencia de sangre humana.
Se llevaron a cabo experimentos adicionales, incluido un trasplante de hígado en ratas utilizando este sistema de sangre fortificado, demostrando su potencial como una opción segura y eficiente para transfusiones. El estudio fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y liderado por Chuanyi Lei de la South China University of Technology.
A pesar del éxito inicial, los investigadores reconocen que esta tecnología aún se encuentra en sus primeras etapas y enfrenta desafíos significativos antes de ser considerada segura para su uso en humanos. La creación de herramientas y métodos para transfusiones entre especies ha sido un interés de la ciencia médica durante décadas, y este estudio marca un avance crucial en esa dirección.