Salwan Momika, un hombre iraquí de 38 años, fue asesinado en un tiroteo en un apartamento en Södertälje, cerca de Estocolmo, el miércoles por la noche, 29 de enero de 2025. El incidente ocurrió alrededor de las 23:11 hora local (22:11 GMT). La policía encontró a Momika con heridas de bala y fue trasladado al hospital, donde fue declarado muerto el jueves por la mañana.
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Momika había sido una figura controvertida en Suecia, conocido por sus protestas en las que quemó copias del Corán, el libro sagrado del islam, lo que provocó violentas manifestaciones y disturbios en varios países musulmanes. En 2023, realizó una quema del Corán frente a la Mezquita Central de Estocolmo, lo que desató una ola de protestas en respuesta a sus acciones. En total, él y un coacusado fueron acusados en agosto de 2023 de "agitación contra un grupo étnico" en cuatro ocasiones.
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El día de su muerte, Momika estaba programado para recibir un veredicto en un juicio relacionado con estos cargos, pero la entrega del veredicto fue pospuesta debido a su fallecimiento. La corte de distrito de Estocolmo confirmó que el juicio había sido aplazado porque uno de los acusados había muerto.
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La policía sueca arrestó a cinco personas en relación con el asesinato de Momika. Las autoridades están investigando si el tiroteo fue transmitido en vivo en redes sociales, ya que se reportó que Momika estaba haciendo una transmisión en TikTok en el momento del ataque.
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El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, indicó que los servicios de seguridad del país están involucrados en la investigación, dado que existe un "riesgo obvio de que haya vínculos con poderes extranjeros". Las quema del Corán por parte de Momika había elevado el nivel de amenaza en Suecia, y en agosto de 2023, la agencia de inteligencia sueca, SÄPO, aumentó su nivel de alerta a cuatro en una escala de cinco.

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Momika llegó a Suecia desde Irak en 2018 y recibió un permiso de residencia de tres años en 2021. Durante sus protestas, argumentó que el Corán debería ser prohibido debido a lo que él consideraba un peligro para la democracia y los derechos humanos. Sus acciones llevaron a la expulsión del embajador sueco en Bagdad y a disturbios en la embajada sueca en Irak, donde los manifestantes asaltaron el edificio en dos ocasiones.

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La policía sueca había permitido las manifestaciones de Momika, citando la libertad de expresión, pero también había presentado cargos en su contra. La situación ha generado tensiones diplomáticas significativas entre Suecia y varios países de mayoría musulmana.