El presidente Donald Trump, en una serie de medidas económicas anunciadas el 8 de abril de 2025, confirmó incrementos significativos de aranceles dirigidos principalmente hacia China y otros 86 países alrededor del mundo. Estas decisiones buscan, según la administración, reequilibrar las relaciones comerciales internacionales, pero han generado un impacto considerable en los mercados financieros y han provocado tensiones en las relaciones internacionales.
En relación a China, Trump ha establecido una estrategia que contempla llevar los aranceles totales a un 104%. Esta cifra incluye un 20% ya existente, un incremento inmediato del 34% y un adicional del 50% que será implementado si el país asiático no retira sus propias tarifas retaliatorias, que planean alcanzar un 34% sobre productos estadounidenses. En 2024, China ocupó la posición como el segundo mayor proveedor de bienes importados a Estados Unidos, con un total de $439 mil millones en exportaciones a este país, mientras que las exportaciones estadounidenses a China fueron de $144 mil millones.
Además del aumento hacia China, se implementarán aranceles que oscilan entre el 11% y el 50% para otros 85 países a partir del 9 de abril de 2025. Entre los más afectados están la Unión Europea, con un 20%, India, con un 26%, y Camboya, con un 49%. Según la administración Trump, los aranceles representan la mayor subida de impuestos desde 1982 y se estima que generarán $258.4 mil millones en ingresos fiscales, equivalentes al 0.85% del Producto Interno Bruto (PIB).
Estos anuncios han tenido serias repercusiones en los mercados financieros. El índice S&P 500 sufrió una caída de un 1.6%, el Dow Jones perdió un 0.8% y el Nasdaq un 2.2%, marcando la primera vez en más de un año que el S&P 500 cierra por debajo de los 5,000 puntos. Aunque inicialmente los índices registraron un leve repunte ante la especulación de que las tarifas no serían confirmadas, dicha incertidumbre se disipó tras los anuncios, resultando en pérdidas generalizadas.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. Canadá anunció un arancel del 25% a vehículos estadounidenses que no cumplan con el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Por su parte, China criticó las medidas, catalogándolas como "extorsión desnuda", mientras declaraban su intención de resistir estas políticas. A nivel doméstico, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, respaldó a Trump afirmando que "tiene una columna vertebral de acero y no cederá ante presiones". Sin embargo, la estrategia enfrentó escepticismo por parte de legisladores de ambos partidos, quienes advierten riesgos políticos y económicos.
En términos económicos, los efectos negativos ya comienzan a sentirse. Analistas prevén que estas medidas exacerbarán las presiones inflacionarias y ralentizarán el crecimiento económico, mientras que las tasas hipotecarias han aumentado a un promedio de 6.85%. A pesar de las críticas, Trump asegura que 70 países han hecho consultas para negociar acuerdos bilaterales con su administración, pero no se han revelado términos específicos.
La decisión de imponer estas tarifas ha resultado en tensiones tanto en la esfera internacional como dentro de Estados Unidos, colocando una presión significativa sobre el comercio global y la estabilidad económica. El efecto a largo plazo de estas políticas sigue siendo un tema de debate y preocupación entre economistas y analistas.
El índice S&P 500 no había cerrado por debajo de 5,000 puntos en más de un año, convirtiendo este episodio en un indicador clave del nerviosismo del mercado ante las políticas comerciales de Trump.