El Reino Unido ha desatado una controversia al revelar su plan para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas mediante la importación masiva de biomasa, incluyendo madera, de diversos países, entre ellos Corea del Norte, Afganistán, Bután y Maldivas. Este planteamiento ha sido criticado por especialistas que arguyen que socava la credibilidad de la estrategia climática del Reino Unido.
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Un modelo de recursos de bioenergía, publicado en verano, sugiere que solo una gran expansión de importación de cultivos energéticos y madera podría satisfacer la demanda para cumplir con el objetivo de cero emisiones netas para 2050. Según la evaluación de Mary Booth, directora de la Partnership for Policy Integrity, la inclusión de países como Corea del Norte y Afganistán en la lista de proveedores es "improbable" y poco realista.
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Desde hace dos décadas, el gobierno británico ha destinado más de £20 mil millones a empresas que utilizan biomasa en los sectores de energía y calefacción. Aproximadamente un tercio de la biomasa utilizada en el Reino Unido es importada. En 2021, se importaron 9.1 millones de toneladas de pellets de madera, de las cuales el 76% provinieron de América del Norte y el 18% de la UE. A pesar de estas cifras, no hay suficiente madera en estas regiones para satisfacer la expansión que el gobierno espera.
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El modelo de recursos de bioenergía identifica fuentes potenciales tanto nacionales como extranjeras. Solo el escenario más ambicioso podría teóricamente proporcionar suficiente biomasa, lo que implicaría un aumento masivo en las importaciones y dependencias externas.
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Además, Booth criticó la forma en que el modelo maneja los cambios en el uso de la tierra y sugiere incrementos en los rendimientos de los cultivos de más del 50%. También cuestiona la presunción de que la bioenergía puede ser completamente neutral en carbono, pues la quema de madera para energía es debatida por científicos y activistas por no ser totalmente libre de emisiones.
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Recientemente, se informó que Drax, la planta de energía más grande de Reino Unido, es responsable de emitir cuatro veces más CO2 que la última planta de carbón que cerró el mes pasado. Los críticos también han puesto en duda la dependencia del gobierno en tecnologías de captura y almacenamiento de carbono para neutralizar las emisiones de la biomasa.
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El exsecretario de energía, Kwasi Kwarteng, ha declarado que importar madera para quemar carece de sentido. También se han planteado serias preocupaciones sobre el impacto del uso extenso de biomasa en la biodiversidad, calidad del aire, agricultura, y derechos de tierras de los pueblos indígenas.
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En la estrategia de biomasa, publicada el año pasado, el gobierno de Sunak afirmó que solo la biomasa que cumpla con criterios estrictos de bajo carbono sería considerada. Sin embargo, un informe de la Oficina Nacional de Auditoría (NAO) concluyó que los arreglos actuales no son adecuados para garantizar que la industria cumpla con los estándares de sostenibilidad.
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Drax acordó pagar £25 millones después de que Ofgem, el regulador de la industria energética, determinara que había presentado datos inexactos sobre el origen de los pellets de madera de Canadá. Un portavoz del Departamento de Seguridad Energética y Cero Neto (DESNZ) afirmó que el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) es claro en que la biomasa puede ser una fuente de bajo carbono si cumple con criterios de sostenibilidad.
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Sin embargo, el propio IPCC indica que la biomasa no debe considerarse automáticamente neutral en carbono, incluso en casos donde supuestamente se produce de manera sostenible. DESNZ planea desarrollar un "marco de sostenibilidad intersectorial", pero no hará más comentarios mientras la estrategia de biomasa y el modelo de recursos de bioenergía están bajo litigio.
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La organización benéfica Lifescape Project, apoyada por la Partnership for Policy Integrity, ha iniciado una acción legal argumentando que la estrategia de biomasa es ilegal y socavaría la capacidad del Reino Unido para alcanzar cero emisiones netas para 2050.