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Récord de Calor en Brasil: Sensación Térmica Supera los 62°C en Río de Janeiro

Brasil enfrenta una ola de calor sin precedentes, con sensaciones térmicas superando los 60 grados Celsius en Río de Janeiro, marcando un récord en una década y provocando alertas en la población.

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Récord de Calor en Brasil: Sensación Térmica Supera los 62°C en Río de Janeiro

Brasil enfrenta una ola de calor sin precedentes, con sensaciones térmicas superando los 60 grados Celsius en Río de Janeiro, marcando un récord en una década y provocando alertas en la población.

"La semana será de muy alto riesgo en el Centro-Sur de Brasil por intensas lluvias y tormentas"

- Advirtió la agencia de información meteorológica MetSul.

18/3/2024

En Río de Janeiro, la ola de calor ha alcanzado niveles críticos, registrando sensaciones térmicas que superan los 60 grados Celsius. El 17 de marzo, el Sistema Alerta Río informó que la sensación térmica en el oeste de la ciudad alcanzó los 62.3 grados Celsius a las 09:55, la cifra más alta desde que comenzó a hacer estas mediciones en 2014. Este fenómeno extremo ha llevado a las autoridades a emitir una alerta amarilla y a la población a buscar refugio en áreas más frescas.

En Sao Paulo, la situación no es menos severa. La ciudad vivió su día más caluroso del año hasta ahora, con temperaturas que alcanzaron los 34.7 grados Celsius, un récord para un mes de marzo desde que el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) comenzó sus registros en 1943. Esta ola de calor coincide con una escasez de lluvias, contribuyendo a un aumento significativo en las temperaturas.

Residentes de ambas ciudades buscan alivio en las playas y parques, aunque estos lugares se encuentran abarrotados, limitando las opciones para escapar del calor. Los expertos atribuyen estas condiciones extremas a una combinación de factores, incluyendo la falta de lluvias y nubosidad, así como la intensificación del fenómeno de El Niño y el cambio climático.

Algo Curioso
La sensación térmica de 62.3 grados Celsius registrada en Río de Janeiro no solo marca un récord para la ciudad sino que también simboliza los desafíos que enfrenta el país en el contexto del cambio climático global, donde fenómenos meteorológicos extremos se vuelven cada vez más frecuentes y severos.

Impacto de la Ola de Calor en la Vida Cotidiana y el Medio Ambiente

Las repercusiones de la ola de calor en Brasil son amplias y afectan no solo la vida cotidiana de los ciudadanos, sino también la infraestructura y los sistemas ecológicos. En Río de Janeiro y Sao Paulo, las temperaturas extremas han llevado a un aumento del consumo de energía, con un récord de demanda instantánea de 102.478 megavatios, según el Operador Nacional del Sistema Eléctrico de Brasil. Este incremento en el uso de la energía pone a prueba la capacidad de las redes eléctricas y la sostenibilidad de los recursos energéticos, especialmente en un país donde gran parte de la electricidad proviene de fuentes renovables.

La salud pública también se ha visto impactada significativamente. Los hospitales y centros de salud reportan un aumento en los casos de deshidratación, golpes de calor y enfermedades relacionadas con las altas temperaturas. Además, la intensa ola de calor ha exacerbado problemas ambientales como la deforestación, que se ve impulsada por la expansión urbana y la búsqueda de nuevas áreas para vivienda, incrementando la vulnerabilidad de la región ante fenómenos meteorológicos extremos.

Desafíos y Respuestas Frente a la Ola de Calor Extrema en Brasil

El sector agrícola enfrenta desafíos críticos, con cultivos y ganado sufriendo las consecuencias del calor extremo. La falta de precipitaciones ha llevado a una disminución en los niveles de agua disponibles para riego, afectando la producción de alimentos y la seguridad alimentaria en algunas áreas. Las altas temperaturas y la sequía han contribuido a un aumento en la frecuencia e intensidad de incendios forestales, destruyendo grandes extensiones de vegetación y hábitats de vida silvestre.

Ante la crítica situación generada por la ola de calor en Brasil, las autoridades y la sociedad civil están implementando medidas para mitigar sus efectos. En Río de Janeiro, se han activado planes de emergencia, incluyendo la apertura de centros de hidratación en áreas públicas y la distribución de agua potable gratuita para prevenir la deshidratación, especialmente entre los grupos más vulnerables como ancianos y niños. Las escuelas en las zonas más afectadas han ajustado sus horarios para proteger a los estudiantes de las temperaturas más altas.

Las autoridades locales están trabajando en mejorar la infraestructura urbana para hacer frente a futuras olas de calor, como la ampliación de áreas verdes y la implementación de techos y pavimentos que reflejen más la luz solar y absorban menos calor. También se promueven iniciativas para aumentar la conciencia sobre el uso eficiente del agua y la electricidad, ante el incremento de la demanda energética durante los períodos de calor intenso.

"La semana será de muy alto riesgo en el Centro-Sur de Brasil por intensas lluvias y tormentas"

- Advirtió la agencia de información meteorológica MetSul.

Mar 18, 2024
Colglobal News

En Río de Janeiro, la ola de calor ha alcanzado niveles críticos, registrando sensaciones térmicas que superan los 60 grados Celsius. El 17 de marzo, el Sistema Alerta Río informó que la sensación térmica en el oeste de la ciudad alcanzó los 62.3 grados Celsius a las 09:55, la cifra más alta desde que comenzó a hacer estas mediciones en 2014. Este fenómeno extremo ha llevado a las autoridades a emitir una alerta amarilla y a la población a buscar refugio en áreas más frescas.

En Sao Paulo, la situación no es menos severa. La ciudad vivió su día más caluroso del año hasta ahora, con temperaturas que alcanzaron los 34.7 grados Celsius, un récord para un mes de marzo desde que el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) comenzó sus registros en 1943. Esta ola de calor coincide con una escasez de lluvias, contribuyendo a un aumento significativo en las temperaturas.

Residentes de ambas ciudades buscan alivio en las playas y parques, aunque estos lugares se encuentran abarrotados, limitando las opciones para escapar del calor. Los expertos atribuyen estas condiciones extremas a una combinación de factores, incluyendo la falta de lluvias y nubosidad, así como la intensificación del fenómeno de El Niño y el cambio climático.

En Río de Janeiro, la ola de calor ha alcanzado niveles críticos, registrando sensaciones térmicas que superan los 60 grados Celsius. El 17 de marzo, el Sistema Alerta Río informó que la sensación térmica en el oeste de la ciudad alcanzó los 62.3 grados Celsius a las 09:55, la cifra más alta desde que comenzó a hacer estas mediciones en 2014. Este fenómeno extremo ha llevado a las autoridades a emitir una alerta amarilla y a la población a buscar refugio en áreas más frescas.

En Sao Paulo, la situación no es menos severa. La ciudad vivió su día más caluroso del año hasta ahora, con temperaturas que alcanzaron los 34.7 grados Celsius, un récord para un mes de marzo desde que el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) comenzó sus registros en 1943. Esta ola de calor coincide con una escasez de lluvias, contribuyendo a un aumento significativo en las temperaturas.

Residentes de ambas ciudades buscan alivio en las playas y parques, aunque estos lugares se encuentran abarrotados, limitando las opciones para escapar del calor. Los expertos atribuyen estas condiciones extremas a una combinación de factores, incluyendo la falta de lluvias y nubosidad, así como la intensificación del fenómeno de El Niño y el cambio climático.

Algo Curioso
La sensación térmica de 62.3 grados Celsius registrada en Río de Janeiro no solo marca un récord para la ciudad sino que también simboliza los desafíos que enfrenta el país en el contexto del cambio climático global, donde fenómenos meteorológicos extremos se vuelven cada vez más frecuentes y severos.

Impacto de la Ola de Calor en la Vida Cotidiana y el Medio Ambiente

Las repercusiones de la ola de calor en Brasil son amplias y afectan no solo la vida cotidiana de los ciudadanos, sino también la infraestructura y los sistemas ecológicos. En Río de Janeiro y Sao Paulo, las temperaturas extremas han llevado a un aumento del consumo de energía, con un récord de demanda instantánea de 102.478 megavatios, según el Operador Nacional del Sistema Eléctrico de Brasil. Este incremento en el uso de la energía pone a prueba la capacidad de las redes eléctricas y la sostenibilidad de los recursos energéticos, especialmente en un país donde gran parte de la electricidad proviene de fuentes renovables.

La salud pública también se ha visto impactada significativamente. Los hospitales y centros de salud reportan un aumento en los casos de deshidratación, golpes de calor y enfermedades relacionadas con las altas temperaturas. Además, la intensa ola de calor ha exacerbado problemas ambientales como la deforestación, que se ve impulsada por la expansión urbana y la búsqueda de nuevas áreas para vivienda, incrementando la vulnerabilidad de la región ante fenómenos meteorológicos extremos.

Desafíos y Respuestas Frente a la Ola de Calor Extrema en Brasil

El sector agrícola enfrenta desafíos críticos, con cultivos y ganado sufriendo las consecuencias del calor extremo. La falta de precipitaciones ha llevado a una disminución en los niveles de agua disponibles para riego, afectando la producción de alimentos y la seguridad alimentaria en algunas áreas. Las altas temperaturas y la sequía han contribuido a un aumento en la frecuencia e intensidad de incendios forestales, destruyendo grandes extensiones de vegetación y hábitats de vida silvestre.

Ante la crítica situación generada por la ola de calor en Brasil, las autoridades y la sociedad civil están implementando medidas para mitigar sus efectos. En Río de Janeiro, se han activado planes de emergencia, incluyendo la apertura de centros de hidratación en áreas públicas y la distribución de agua potable gratuita para prevenir la deshidratación, especialmente entre los grupos más vulnerables como ancianos y niños. Las escuelas en las zonas más afectadas han ajustado sus horarios para proteger a los estudiantes de las temperaturas más altas.

Las autoridades locales están trabajando en mejorar la infraestructura urbana para hacer frente a futuras olas de calor, como la ampliación de áreas verdes y la implementación de techos y pavimentos que reflejen más la luz solar y absorban menos calor. También se promueven iniciativas para aumentar la conciencia sobre el uso eficiente del agua y la electricidad, ante el incremento de la demanda energética durante los períodos de calor intenso.

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