El 6 de marzo de 2025, la Cámara de Representantes de Colombia aprobó con 95 votos a favor y 25 en contra la reforma a la salud, un proyecto clave dentro del plan de gobierno del presidente Gustavo Petro. Este avance en el ámbito legislativo representa la primera victoria significativa del mandatario en el presente año y marca un paso hacia la transformación estructural del sistema sanitario del país.

El texto aprobado consta de 62 artículos, entre los cuales sobresale la consolidación de la Administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (ADRES) como único pagador del sistema, eliminando el rol que hasta ahora desempeñaban las Entidades Promotoras de Salud (EPS). Esta centralización busca garantizar que los pagos por servicios de salud lleguen de manera directa a clínicas y hospitales, reduciendo retrasos y evitando posibles fugas de recursos asignados para la atención de los pacientes.

Otra de las novedades de la reforma es la creación de Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS), que apuntan a mejorar la accesibilidad y descentralización del sistema sanitario. Además, se contempla la formulación de un sistema de información público que será unificado e interoperable, promoviendo una mayor eficiencia en el manejo de datos en beneficio del usuario.

Durante el debate parlamentario se enfrentaron diversas posiciones y se realizaron ajustes al proyecto. Uno de los cambios más notables fue la eliminación del artículo 42, que planteaba la propuesta de elegir a los gerentes de hospitales públicos bajo criterios meritocráticos en lugar de designaciones políticas. Este punto había generado oposición entre varios sectores, lo que llevó al Gobierno a retirarlo en busca de un consenso que facilitara la aprobación del proyecto.

La aprobación en la Cámara Baja fue posible gracias a las negociaciones lideradas por Armando Benedetti, recientemente nombrado ministro del Interior. Benedetti logró asegurar el respaldo de partidos como el Liberal, el Conservador y de la U a cambio de un acuerdo de participación dentro del Ejecutivo. Este respaldo fue esencial, ya que el Gobierno enfrenta una falta de mayorías en el Senado, instancia a la que ahora será enviada la reforma para su evaluación en la Comisión Séptima. Cabe recordar que una versión previa de esta reforma había sido rechazada por dicha comisión en 2024.

El interés por sacar adelante esta reforma impulsó al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, a asistir personalmente a las sesiones de debate junto con otros funcionarios de alto nivel, lo que resultó clave en la consolidación de las mayorías necesarias. Pese al avance logrado, la reforma también encontró detractores, como Andrés Forero, representante del Centro Democrático, quien cuestionó la forma en la que el Gobierno logró obtener votos y señaló una falta de argumentación técnica en el proceso.

Considerada una de las promesas insignia de la administración Petro, esta reforma busca atender las necesidades de millones de colombianos que actualmente enfrentan barreras para acceder a servicios médicos de calidad. Sin embargo, su futuro depende de la decisión que adopte el Senado, donde se anticipa un debate intenso, especialmente por las divisiones existentes entre los partidos políticos respecto a su contenido y la forma en que se ha planteado su implementación.