El mundo digital, aunque intangible y eficiente, tiene un costo ambiental significativo que a menudo pasa desapercibido para sus usuarios. Según (The Guardian), actividades diarias comunes como enviar correos electrónicos o participar en chats de WhatsApp contribuyen notablemente a las emisiones de carbono.
Específicamente, cada correo electrónico promedio genera aproximadamente 17 gramos de CO2. Esta cifra se basa en una duración estimada de 10 minutos para redactar y 3 minutos para leer un correo. En la aplicación WhatsApp, un grupo de chat promedio emite 2.35 kg de CO2 a la semana.
El consumo de datos también varía considerablemente según la actividad. Escuchar un podcast puede consumir entre 20 y 100 MB por hora, mientras que ver una hora de contenido en Netflix en calidad HD consume alrededor de 3 GB. Las búsquedas en Google, antes de la implementación de inteligencia artificial avanzada, requerían un promedio de 500 KB por búsqueda, cifra que se multiplica por diez con el uso de IA.
Las llamadas de voz en WhatsApp utilizan entre 400 KB y 1 MB por minuto, y las videollamadas, entre 2.5 MB y 15 MB por minuto. Descargar un álbum en Spotify, con una duración aproximada de una hora, consume cerca de 72 MB, y jugar Fortnite implica un uso de entre 45 y 100 MB por hora.
Los centros de datos, necesarios para el funcionamiento de estas actividades digitales, también tienen impactos significativos. Amazon ha planificado una inversión de £8 mil millones en nuevos centros de datos en el Reino Unido en los próximos cinco años, además de los £3 mil millones ya invertidos desde 2020. Por su parte, Google está invirtiendo $1 mil millones en un nuevo centro en Hertfordshire, y Microsoft ha comprometido £2.5 mil millones para expandir su infraestructura en el Reino Unido.
En cuanto al uso de datos en Estados Unidos, en 2023 los estadounidenses consumieron 100 billones de megabytes de datos inalámbricos, lo que representa un aumento del 36% respecto al año anterior. Este incremento en el uso de datos contribuye a un promedio de 8.62 kg de CO2 generados semanalmente por actividades en línea, equivalente a 448 kg al año.
El uso de inteligencia artificial amplifica este problema, ya que las búsquedas impulsadas por IA requieren 10 veces más energía que las tradicionales. Además, un reciente análisis sugiere que las grandes empresas tecnológicas subestiman sus emisiones: se estima que las emisiones reales de los centros de datos de Google, Microsoft, Meta y Apple son 662% más altas de lo que reportan oficialmente.
Este análisis pone de manifiesto la urgente necesidad de cuestionar y revaluar nuestras actividades digitales diarias para mitigar su impacto ambiental.