El próximo 5 de noviembre de 2024, el Centro Espacial Kennedy en Florida, Estados Unidos, será testigo del lanzamiento del primer satélite fabricado en madera, conocido como LignoSat. Este innovador satélite es el resultado de una colaboración entre la Universidad de Kioto y la empresa Sumitomo Forestry, quienes han apostado por el uso de materiales sostenibles en la tecnología espacial.
LignoSat, cuyas dimensiones son 10 centímetros por cada lado, tiene como objetivo principal estudiar la viabilidad de la madera como material de construcción para satélites, con la intención de reducir la generación de desechos espaciales. A diferencia de los satélites tradicionales que al reingresar a la atmósfera terrestre pueden liberar partículas metálicas, se espera que LignoSat se queme completamente sin dejar residuos dañinos.
El plan contempla que LignoSat llegue a la Estación Espacial Internacional (ISS) en las próximas semanas y sea desplegado al espacio un mes después de su arribo. Durante su operación en el espacio, el satélite ayudará a los investigadores a evaluar su resistencia y durabilidad frente a los cambios extremos de temperatura que se experimentan en la órbita terrestre.
Paralelamente, Space Solar ha firmado un acuerdo trascendental con Reykjavik Energy para que Islandia se convierta en la primera nación en recibir energía solar desde el espacio. La primera planta de energía solar espacial con una capacidad inicial de 30 megavatios (MW) entrará en funcionamiento en 2030. Esta planta estará situada en una órbita geosincrónica a 22,236 millas (35,786 kilómetros) sobre la Tierra. La energía captada será convertida en microondas y transmitida a estaciones receptoras en la Tierra, las cuales la reconvertirán en electricidad.
El acuerdo no solo marca un hito en la producción de energía limpia y renovable, sino que subraya la escalabilidad del proyecto. Space Solar prevé que para 2036, la capacidad de sus plantas aumente a gigavatios, con la instalación de estaciones receptoras adicionales en Islandia, Canadá y el norte de Japón.
La empresa ha invertido £5 millones en investigación de ingeniería para desarrollar esta avanzada tecnología de transmisión de energía. Según un análisis independiente, integrar 8 gigavatios (GW) de energía solar espacial en el mix energético del Reino Unido podría reducir los costos del sistema en más de £4 mil millones anuales.