El informe de la Global Commission on the Economics of Water revela una situación alarmante en la que la mitad de la producción mundial de alimentos podría colapsar en los próximos 25 años si no se toman medidas inmediatas para abordar la crisis del agua. Actualmente, la mitad de la población mundial enfrenta escasez de agua, una cifra que se espera aumente con el empeoramiento de la crisis climática.
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La demanda de agua dulce se proyecta que supere la oferta en un 40% para finales de esta década. Esta brecha entre demanda y suministro pone en riesgo no solo la producción de alimentos, sino también la estabilidad económica global. El informe estima que para 2050, los problemas relacionados con el agua podrían reducir el PIB global en un 8%, con los países más pobres enfrentando una pérdida abrumadora de hasta 15%.
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Además de la escasez, el acceso desigual al agua potable y saneamiento seguro agrava la situación. Más de 2 mil millones de personas carecen de acceso a agua potable segura, y 3.6 mil millones (44% de la población mundial) no tienen acceso a saneamiento seguro. Esta falta de acceso resulta en que cada día, 1,000 niños mueran debido a enfermedades relacionadas con la falta de agua segura.
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La demanda humana de agua es significativa, con estimaciones de que cada persona necesita aproximadamente 4,000 litros de agua al día para llevar una vida digna. Sin embargo, solo entre 50 y 100 litros por día son suficientes para mantener la salud e higiene básicas.
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El informe también señala la interconexión global del ciclo del agua, mencionando cómo los "ríos atmosféricos" transportan humedad de una región a otra. China y Rusia son los principales beneficiarios de estos sistemas, mientras que India y Brasil son grandes exportadores de agua verde, crucial para la agricultura y la producción de alimentos.
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Para mitigar esta crisis, el informe propone varias recomendaciones clave. La primera es la necesidad de una gestión cooperativa de los recursos hídricos a nivel global. También sugiere la reforma de los subsidios agrícolas, que actualmente ascienden a más de 700 mil millones de dólares anuales y a menudo fomentan el uso ineficiente de los recursos hídricos. Asimismo, el informe urge a proporcionar acceso a financiamiento para que los países en desarrollo puedan mejorar sus sistemas de agua y saneamiento.
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Las consecuencias ambientales de la crisis del agua son igualmente devastadoras, contribuyendo a la pérdida de biodiversidad y la desertificación. La protección y restauración de ecosistemas son esenciales para estabilizar el ciclo hidrológico y, por ende, la producción de alimentos.
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Adicionalmente, la crisis del agua afecta desproporcionadamente a las mujeres y niñas, quienes a menudo enfrentan peligros al tener que recorrer largas distancias para recoger agua. Este aspecto subraya la urgente necesidad de soluciones inclusivas y equitativas en la gestión del agua.
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El informe de la Global Commission on the Economics of Water es un llamado urgente a la acción. Sin medidas inmediatas, el mundo podría enfrentarse a una crisis alimentaria sin precedentes, exacerbada por la escasez de agua y las crecientes desigualdades en su acceso. El concepto de "ríos atmosféricos" es relativamente nuevo en la ciencia del clima. Estos flujos de humedad son corrientes de vapor de agua en la atmósfera que pueden transportar niveles equivalentes de agua a los más grandes ríos terrestres.