El reciente informe del Estado de los Recursos Hídricos Globales de 2023 de la Organización Meteorológica Mundial (WMO) ha revelado que el pasado año fue el más seco para los ríos a nivel global desde 1990. Este fenómeno afectó a más de la mitad de las áreas de captación de ríos, presentando principalmente condiciones de déficit hídrico.
En el continente americano, los ríos Amazonas y Misisipi se destacaron por registrar niveles históricamente bajos. Las sequías severas no solo tocaron Norteamérica, sino también América Central y del Sur, poniendo en jaque a vastos territorios.
Asia y Oceanía no fueron la excepción a este patrón alarmante. Los ríos Ganges, Brahmaputra y Mekong experimentaron niveles inferiores a los normales a lo largo de casi toda su extensión, generando preocupación por los posibles impactos en las poblaciones locales y la agricultura.
En complemento a este panorama desalentador, los glaciares registraron una pérdida de más de 600 gigatoneladas de agua en 2023, representando la mayor merma en cinco décadas. Los Alpes suizos, en particular, han perdido alrededor del 10% de su volumen en los últimos dos años, subrayando aún más la gravedad de la situación.
El año 2023 también fue caracterizado por temperaturas extremas sin precedentes que exacerbaron tanto las sequías como las inundaciones en distintas partes del mundo. La transición de La Niña a El Niño, un fenómeno climático bien conocido, hizo que los patrones climáticos fueran más erráticos y difíciles de predecir, complicando todavía más la gestión de recursos hídricos.
El impacto humano de esta crisis hídrica es formidable. Actualmente, 3.6 mil millones de personas enfrentan dificultades para acceder adecuadamente al agua durante al menos un mes al año. Este número está previsto que aumente a más de 5 mil millones para el año 2050, una proyección que subraya la urgencia del problema.
La WMO remarca la inacción global ante la crisis del agua, catalogándola como un alarmante signo del cambio climático que requiere acciones inmediatas. A pesar de los avances en la recopilación de datos hidrológicos, África, América del Sur y Asia siguen siendo regiones con insuficiente representación en este ámbito, lo que resalta la necesidad de mejorar el monitoreo y el intercambio de información para una gestión más eficiente de los recursos hídricos.
El informe concluye con una severa advertencia sobre la importancia de adoptar medidas efectivas para abordar la crisis del agua, cuya falta de atención está poniendo en riesgo a comunidades enteras, economías agrícolas y ecosistemas a nivel global. La WMO insiste en que fortalecer la recopilación de datos y mejorar la gestión del agua son pasos imprescindibles para enfrentar el desafío del cambio climático.