EconomÍa

Trump firma decretos para reactivar el carbón como fuente clave de energía en EE. UU.

El presidente Donald Trump firmó el 8 de abril de 2025 una serie de decretos ejecutivos en la Casa Blanca para estimular la industria del carbón en Estados Unidos. Las medidas buscan mantener operativas plantas de energía de carbón más antiguas, flexibilizar regulaciones ambientales y priorizar la minería de carbón en tierras federales.

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Trump firma decretos para reactivar el carbón como fuente clave de energía en EE. UU.

El presidente Donald Trump firmó el 8 de abril de 2025 una serie de decretos ejecutivos en la Casa Blanca para estimular la industria del carbón en Estados Unidos. Las medidas buscan mantener operativas plantas de energía de carbón más antiguas, flexibilizar regulaciones ambientales y priorizar la minería de carbón en tierras federales.

“El hermoso carbón limpio es esencial para garantizar nuestra independencia energética“

– Afirmó Donald Trump durante la ceremonia.

9/4/2025

El 8 de abril de 2025, Donald Trump anunció un paquete de decretos ejecutivos diseñados para fortalecer la industria del carbón en Estados Unidos mediante la relajación de normativas y la extensión de la operación de plantas más antiguas. Durante la firma en la Casa Blanca, acompañado de mineros y ejecutivos del sector, Trump declaró una "emergencia energética nacional" alegando la necesidad de garantizar el suministro de energía ante la creciente demanda impulsada por tecnologías como la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos.

El conjunto de medidas incluye la identificación de recursos de carbón en tierras federales, la eliminación de barreras a su explotación y la suspensión de los cierres planeados de plantas de carbón. Además, las plantas de energía de carbón recibirán una exención de dos años en los requisitos federales para reducir emisiones de tóxicos como mercurio, arsénico y benceno, con el fin de facilitar su operación.

Según estadísticas recientes, el carbón, que representaba más del 50% de la generación energética en 2001, cayó a un 16% en 2023, superado por el gas natural que cubre ahora el 43% de la generación. A pesar de esta tendencia, el Secretario de Energía, Chris Wright, expresó que el gobierno busca aumentar la producción de electricidad en un 25% en un horizonte de cinco a diez años, lo que requiere mantener en funcionamiento la infraestructura existente basada en carbón.

El impacto en el mercado fue notable tras el anuncio. Empresas mineras clave como Peabody Energy, Core Natural Resources y Ramaco Resources reportaron aumentos en sus acciones de 9.2%, 6.6% y 13.9%, respectivamente, reflejando la perspectiva de crecimiento en la actividad minera como resultado directo de las medidas.

Sin embargo, los decretos han generado críticas por parte de grupos ambientalistas quienes argumentan que estas acciones ignoran los esfuerzos globales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y contradicen las iniciativas para combatir el cambio climático. Además, subrayan que el carbón sigue siendo una de las fuentes más contaminantes de generación eléctrica.

En contraste, Trump y sus aliados políticos defienden la iniciativa como una medida pragmática para garantizar la seguridad energética del país, argumentando que las energías renovables aún no son suficientes para cubrir la creciente demanda, especialmente en una era marcada por el aumento de tecnologías que consumen grandes cantidades de electricidad.

En la década de 1950, el carbón llegó a cubrir cerca del 90% de la generación energética en Estados Unidos, un claro contraste con el 16% que representa en la actualidad.

Algo Curioso

“El hermoso carbón limpio es esencial para garantizar nuestra independencia energética“

– Afirmó Donald Trump durante la ceremonia.

Apr 9, 2025
Colglobal News

El 8 de abril de 2025, Donald Trump anunció un paquete de decretos ejecutivos diseñados para fortalecer la industria del carbón en Estados Unidos mediante la relajación de normativas y la extensión de la operación de plantas más antiguas. Durante la firma en la Casa Blanca, acompañado de mineros y ejecutivos del sector, Trump declaró una "emergencia energética nacional" alegando la necesidad de garantizar el suministro de energía ante la creciente demanda impulsada por tecnologías como la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos.

El conjunto de medidas incluye la identificación de recursos de carbón en tierras federales, la eliminación de barreras a su explotación y la suspensión de los cierres planeados de plantas de carbón. Además, las plantas de energía de carbón recibirán una exención de dos años en los requisitos federales para reducir emisiones de tóxicos como mercurio, arsénico y benceno, con el fin de facilitar su operación.

Según estadísticas recientes, el carbón, que representaba más del 50% de la generación energética en 2001, cayó a un 16% en 2023, superado por el gas natural que cubre ahora el 43% de la generación. A pesar de esta tendencia, el Secretario de Energía, Chris Wright, expresó que el gobierno busca aumentar la producción de electricidad en un 25% en un horizonte de cinco a diez años, lo que requiere mantener en funcionamiento la infraestructura existente basada en carbón.

El impacto en el mercado fue notable tras el anuncio. Empresas mineras clave como Peabody Energy, Core Natural Resources y Ramaco Resources reportaron aumentos en sus acciones de 9.2%, 6.6% y 13.9%, respectivamente, reflejando la perspectiva de crecimiento en la actividad minera como resultado directo de las medidas.

Sin embargo, los decretos han generado críticas por parte de grupos ambientalistas quienes argumentan que estas acciones ignoran los esfuerzos globales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y contradicen las iniciativas para combatir el cambio climático. Además, subrayan que el carbón sigue siendo una de las fuentes más contaminantes de generación eléctrica.

En contraste, Trump y sus aliados políticos defienden la iniciativa como una medida pragmática para garantizar la seguridad energética del país, argumentando que las energías renovables aún no son suficientes para cubrir la creciente demanda, especialmente en una era marcada por el aumento de tecnologías que consumen grandes cantidades de electricidad.

En la década de 1950, el carbón llegó a cubrir cerca del 90% de la generación energética en Estados Unidos, un claro contraste con el 16% que representa en la actualidad.

El 8 de abril de 2025, Donald Trump anunció un paquete de decretos ejecutivos diseñados para fortalecer la industria del carbón en Estados Unidos mediante la relajación de normativas y la extensión de la operación de plantas más antiguas. Durante la firma en la Casa Blanca, acompañado de mineros y ejecutivos del sector, Trump declaró una "emergencia energética nacional" alegando la necesidad de garantizar el suministro de energía ante la creciente demanda impulsada por tecnologías como la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos.

El conjunto de medidas incluye la identificación de recursos de carbón en tierras federales, la eliminación de barreras a su explotación y la suspensión de los cierres planeados de plantas de carbón. Además, las plantas de energía de carbón recibirán una exención de dos años en los requisitos federales para reducir emisiones de tóxicos como mercurio, arsénico y benceno, con el fin de facilitar su operación.

Según estadísticas recientes, el carbón, que representaba más del 50% de la generación energética en 2001, cayó a un 16% en 2023, superado por el gas natural que cubre ahora el 43% de la generación. A pesar de esta tendencia, el Secretario de Energía, Chris Wright, expresó que el gobierno busca aumentar la producción de electricidad en un 25% en un horizonte de cinco a diez años, lo que requiere mantener en funcionamiento la infraestructura existente basada en carbón.

El impacto en el mercado fue notable tras el anuncio. Empresas mineras clave como Peabody Energy, Core Natural Resources y Ramaco Resources reportaron aumentos en sus acciones de 9.2%, 6.6% y 13.9%, respectivamente, reflejando la perspectiva de crecimiento en la actividad minera como resultado directo de las medidas.

Sin embargo, los decretos han generado críticas por parte de grupos ambientalistas quienes argumentan que estas acciones ignoran los esfuerzos globales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y contradicen las iniciativas para combatir el cambio climático. Además, subrayan que el carbón sigue siendo una de las fuentes más contaminantes de generación eléctrica.

En contraste, Trump y sus aliados políticos defienden la iniciativa como una medida pragmática para garantizar la seguridad energética del país, argumentando que las energías renovables aún no son suficientes para cubrir la creciente demanda, especialmente en una era marcada por el aumento de tecnologías que consumen grandes cantidades de electricidad.

En la década de 1950, el carbón llegó a cubrir cerca del 90% de la generación energética en Estados Unidos, un claro contraste con el 16% que representa en la actualidad.

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