En la madrugada del 3 de diciembre de 2024, la Policía de Colombia llevó a cabo un significativo operativo sorpresa enfocado en combatir las extorsiones orquestadas desde las cárceles del país. La operación estuvo bajo la dirección del general William Salamanca y contó con la participación de aproximadamente 600 agentes en Bogotá, extendiéndose a un total de cientos de agentes en 11 prisiones principales.
Durante la intervención, ocho personas fueron detenidas, entre ellas seis guardias del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). Además, se incautaron 408 armas blancas, 322 teléfonos móviles, 6,641 gramos de estupefacientes, 172 cuadernos con información sobre extorsiones y otros delitos, 504 tarjetas SIM, 25 módems de Internet, y 19 radios y paneles solares.
Las cárceles intervenidas incluyeron La Modelo, El Buen Pastor y La Picota en Bogotá; Cómbita en Boyacá; El Pedregal en Medellín; Picaleña en Ibagué; Doña Juana en La Dorada, Caldas; La Tramacúa en Valledupar; La Modelo en Cúcuta; Jamundí en Valle del Cauca y Palogordo en Girón, Santander.
Los miembros del Inpec y el personal de la cárcel El Diamante en Girardot, Cundinamarca, ahora enfrentan acusaciones por delitos que incluyen concierto para delinquir, cohecho, concusión, prevaricato y favorecimiento para la fuga de presos.
Este operativo responde a un incremento de la criminalidad en los penales colombianos en los últimos meses. Paralelo a esta intervención policial, la operación Dominó del Inpec ha llevado a cabo casi 1,800 intervenciones, resultando en la incautación de 8,419 teléfonos usados para extorsionar, 528 kilos de estupefacientes y más de 73 millones de pesos.
El contexto de este aumento de medidas de seguridad también se ve reflejado en las declaraciones del gobernador de Santander, Juvenal Díaz, quien ha mostrado su preocupación por la concentración de presos peligrosos en su departamento. Los sindicatos del Inpec han denunciado un aumento del riesgo para los trabajadores en la cárcel de Palogordo.
Cabe recordar que en febrero de 2024, un grupo delincuencial había implementado un plan para asesinar a guardias del Inpec en respuesta a los traslados de internos ordenados por el Gobierno. Este grupo, aunque de menos alcance nacional, perpetró el asesinato de un guardia en Cartagena y otro en Cúcuta, además de atentados en Antioquia, Huila y Valle del Cauca, siendo el más grave el asesinato del coronel Élmer Fernández, director de la cárcel La Modelo de Bogotá.