Nigel Richards, un reconocido jugador de Scrabble de Nueva Zelanda, alcanzó una hazaña sin precedentes al ganar el campeonato mundial de Scrabble en español en Granada, España, en noviembre de 2024. A pesar de no hablar español, Richards únicamente perdió un juego en un total de 24, logrando una impresionante victoria en su primer torneo competitivo en este idioma.
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Richards es famoso por sus cinco títulos mundiales en Scrabble en inglés. Hace un año decidió memorizar la lista de palabras del Scrabble en español, lo cual le permitió competir de manera efectiva. Según Liz Fagerlund, amiga y oficial de Scrabble en Nueva Zelanda, Richards posee una extraordinaria habilidad para recordar bloques de palabras como si fueran imágenes, lo que facilita su recuperación durante el juego.
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El segundo lugar en la competencia fue ocupado por Benjamín Olaizola de Argentina, quien ganó 18 de sus 24 enfrentamientos. La victoria de Richards fue calificada como una proeza jamás vista en el Scrabble en español. Alejandro Terenzani, uno de los organizadores del torneo, manifestó que Richards superó todas las expectativas con su actuación asombrosa.
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Nigel Richards ya había demostrado su capacidad para romper barreras lingüísticas. En 2015 ganó el campeonato mundial de Scrabble en francés tras solo nueve semanas de estudio del listado de palabras; hazaña que repitió en 2018.
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Con una carrera de casi 30 años, Richards está considerado el mejor jugador de Scrabble de todos los tiempos. En 2008, logró algo sin precedentes al ser el primer jugador en poseer simultáneamente los títulos mundial, estadounidense y británico, a pesar de requerir olvidar 40,000 palabras en inglés no incluidas en la lista estadounidense de palabras de Scrabble.
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En el torneo en España, Richards se adaptó rápidamente a las diferencias de valores de las fichas y al vasto vocabulario adicional en español, que incluye miles de palabras de siete, ocho y nueve letras, adoptando un enfoque distinto al usado en inglés.
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A pesar de su éxito, es conocido por ser recluso y rara vez ofrece entrevistas. Su madre, Adrienne Fischer, relató que, aunque nunca destacó en inglés en la escuela y no asistió a la universidad, abordó el juego desde una perspectiva matemática.
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Durante la competición en Granada, Richards se mostró modesto y tímido, pero no dudó en posar para fotos y conversar brevemente con fanáticos en inglés. Su verdadera motivación para competir sigue siendo un enigma, ya que prefiere evitar la prensa.