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Bombardeos rusos en Ucrania dejan al menos 55 muertos en dos semanas y agravan la crisis

En medio de un aumento de la violencia en Ucrania, recientes bombardeos rusos han causado decenas de muertes, impactando principalmente a civiles. A pesar de los intentos fallidos de tregua y llamados internacionales por el alto el fuego, las tensiones entre las partes continúan escalando.

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Bombardeos rusos en Ucrania dejan al menos 55 muertos en dos semanas y agravan la crisis

En medio de un aumento de la violencia en Ucrania, recientes bombardeos rusos han causado decenas de muertes, impactando principalmente a civiles. A pesar de los intentos fallidos de tregua y llamados internacionales por el alto el fuego, las tensiones entre las partes continúan escalando.

“Están bombardeando como locos”

– Declaró el presidente de EE. UU., Donald Trump.

14/4/2025

La situación en Ucrania ha alcanzado un punto crítico tras varios ataques recientes atribuidos a las fuerzas rusas, dirigidos contra zonas civiles. Según las autoridades ucranianas, en los últimos diez días más de 50 personas han perdido la vida debido a bombardeos rusos.

Entre las agresiones más graves se encuentran el ataque del 4 de abril en Krivói Rog, que dejó al menos 20 muertos, incluidos 9 niños, causando conmoción tanto en Ucrania como a nivel internacional. Más recientemente, el 13 de abril, un ataque con misiles balísticos en la ciudad de Sumi provocó la muerte de al menos 35 personas y dejó 119 heridos, según confirmaron las autoridades locales.

En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien hace dos meses propuso negociaciones para detener las hostilidades, expresó su profunda insatisfacción ante el agravamiento de la crisis. "Están bombardeando como locos", afirmó, al tiempo que la presión sobre Moscú crece tras los sucesos recientes.

Los intentos de mediar en el conflicto han fracasado continuamente. Una tregua propuesta el 11 de marzo en Yeda, de 30 días de duración, fue rechazada por Rusia pese a la aceptación de Ucrania. Posteriormente, el 25 de marzo, se firmó otro intento de cese al fuego que tampoco se respetó, con ambas partes culpándose mutuamente por las violaciones al acuerdo. Moscú condicionó cualquier negociación al cese del envío de armas a Ucrania y a la detención de movilizaciones de nuevos soldados por parte de Kiev.

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, ha reiterado su demanda por un alto el fuego incondicional bajo supervisión internacional, sugiriendo una coalición liderada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido como posibles mediadores. Sin embargo, dentro de la administración Trump existen divisiones respecto al manejo de la crisis: algunos asesores sugieren concesiones territoriales a Rusia, mientras que otros rechazan enfáticamente esta posibilidad.

Por otro lado, se han registrado tensiones relacionadas con el impacto político y económico del conflicto. Las discusiones en torno a recursos naturales clave en Ucrania han evidenciado grandes diferencias entre Washington y Kiev, lo que genera temores sobre el riesgo a la soberanía ucraniana. Las autoridades de Ucrania también han denunciado que los recientes ataques constituyen crímenes de guerra, ya que parece que los objetivos han sido seleccionados deliberadamente para dañar a la población civil.

El número de muertos, las desavenencias diplomáticas y las condiciones impuestas por Rusia complican aún más las esperanzas de una resolución pacífica. Mientras la crisis escala, los esfuerzos internacionales para evitar más daño a los civiles se intensifican, aunque el camino hacia la paz sigue plagado de obstáculos.

Durante las conversaciones en Yeda el 11 de marzo, se sugirió que la tregua podría incluir una pausa de un mes en los enfrentamientos, pero la negativa rusa marcó uno de los puntos clave en la escasa evolución de los acuerdos.

Algo Curioso

“Están bombardeando como locos”

– Declaró el presidente de EE. UU., Donald Trump.

Apr 14, 2025
Colglobal News

La situación en Ucrania ha alcanzado un punto crítico tras varios ataques recientes atribuidos a las fuerzas rusas, dirigidos contra zonas civiles. Según las autoridades ucranianas, en los últimos diez días más de 50 personas han perdido la vida debido a bombardeos rusos.

Entre las agresiones más graves se encuentran el ataque del 4 de abril en Krivói Rog, que dejó al menos 20 muertos, incluidos 9 niños, causando conmoción tanto en Ucrania como a nivel internacional. Más recientemente, el 13 de abril, un ataque con misiles balísticos en la ciudad de Sumi provocó la muerte de al menos 35 personas y dejó 119 heridos, según confirmaron las autoridades locales.

En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien hace dos meses propuso negociaciones para detener las hostilidades, expresó su profunda insatisfacción ante el agravamiento de la crisis. "Están bombardeando como locos", afirmó, al tiempo que la presión sobre Moscú crece tras los sucesos recientes.

Los intentos de mediar en el conflicto han fracasado continuamente. Una tregua propuesta el 11 de marzo en Yeda, de 30 días de duración, fue rechazada por Rusia pese a la aceptación de Ucrania. Posteriormente, el 25 de marzo, se firmó otro intento de cese al fuego que tampoco se respetó, con ambas partes culpándose mutuamente por las violaciones al acuerdo. Moscú condicionó cualquier negociación al cese del envío de armas a Ucrania y a la detención de movilizaciones de nuevos soldados por parte de Kiev.

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, ha reiterado su demanda por un alto el fuego incondicional bajo supervisión internacional, sugiriendo una coalición liderada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido como posibles mediadores. Sin embargo, dentro de la administración Trump existen divisiones respecto al manejo de la crisis: algunos asesores sugieren concesiones territoriales a Rusia, mientras que otros rechazan enfáticamente esta posibilidad.

Por otro lado, se han registrado tensiones relacionadas con el impacto político y económico del conflicto. Las discusiones en torno a recursos naturales clave en Ucrania han evidenciado grandes diferencias entre Washington y Kiev, lo que genera temores sobre el riesgo a la soberanía ucraniana. Las autoridades de Ucrania también han denunciado que los recientes ataques constituyen crímenes de guerra, ya que parece que los objetivos han sido seleccionados deliberadamente para dañar a la población civil.

El número de muertos, las desavenencias diplomáticas y las condiciones impuestas por Rusia complican aún más las esperanzas de una resolución pacífica. Mientras la crisis escala, los esfuerzos internacionales para evitar más daño a los civiles se intensifican, aunque el camino hacia la paz sigue plagado de obstáculos.

Durante las conversaciones en Yeda el 11 de marzo, se sugirió que la tregua podría incluir una pausa de un mes en los enfrentamientos, pero la negativa rusa marcó uno de los puntos clave en la escasa evolución de los acuerdos.

La situación en Ucrania ha alcanzado un punto crítico tras varios ataques recientes atribuidos a las fuerzas rusas, dirigidos contra zonas civiles. Según las autoridades ucranianas, en los últimos diez días más de 50 personas han perdido la vida debido a bombardeos rusos.

Entre las agresiones más graves se encuentran el ataque del 4 de abril en Krivói Rog, que dejó al menos 20 muertos, incluidos 9 niños, causando conmoción tanto en Ucrania como a nivel internacional. Más recientemente, el 13 de abril, un ataque con misiles balísticos en la ciudad de Sumi provocó la muerte de al menos 35 personas y dejó 119 heridos, según confirmaron las autoridades locales.

En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien hace dos meses propuso negociaciones para detener las hostilidades, expresó su profunda insatisfacción ante el agravamiento de la crisis. "Están bombardeando como locos", afirmó, al tiempo que la presión sobre Moscú crece tras los sucesos recientes.

Los intentos de mediar en el conflicto han fracasado continuamente. Una tregua propuesta el 11 de marzo en Yeda, de 30 días de duración, fue rechazada por Rusia pese a la aceptación de Ucrania. Posteriormente, el 25 de marzo, se firmó otro intento de cese al fuego que tampoco se respetó, con ambas partes culpándose mutuamente por las violaciones al acuerdo. Moscú condicionó cualquier negociación al cese del envío de armas a Ucrania y a la detención de movilizaciones de nuevos soldados por parte de Kiev.

Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, ha reiterado su demanda por un alto el fuego incondicional bajo supervisión internacional, sugiriendo una coalición liderada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido como posibles mediadores. Sin embargo, dentro de la administración Trump existen divisiones respecto al manejo de la crisis: algunos asesores sugieren concesiones territoriales a Rusia, mientras que otros rechazan enfáticamente esta posibilidad.

Por otro lado, se han registrado tensiones relacionadas con el impacto político y económico del conflicto. Las discusiones en torno a recursos naturales clave en Ucrania han evidenciado grandes diferencias entre Washington y Kiev, lo que genera temores sobre el riesgo a la soberanía ucraniana. Las autoridades de Ucrania también han denunciado que los recientes ataques constituyen crímenes de guerra, ya que parece que los objetivos han sido seleccionados deliberadamente para dañar a la población civil.

El número de muertos, las desavenencias diplomáticas y las condiciones impuestas por Rusia complican aún más las esperanzas de una resolución pacífica. Mientras la crisis escala, los esfuerzos internacionales para evitar más daño a los civiles se intensifican, aunque el camino hacia la paz sigue plagado de obstáculos.

Durante las conversaciones en Yeda el 11 de marzo, se sugirió que la tregua podría incluir una pausa de un mes en los enfrentamientos, pero la negativa rusa marcó uno de los puntos clave en la escasa evolución de los acuerdos.

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