El reciente mitin de Donald Trump en el Madison Square Garden de Nueva York, celebrado el 27 de octubre de 2024, ha generado una ola de controversias. Durante el evento, el cómico Tony Hinchcliffe, uno de los oradores, realizó comentarios despectivos sobre Puerto Rico, aludiendo a la isla como una "isla flotante de basura". Además, Hinchcliffe se burló de judíos, palestinos, afroamericanos y latinos.
Posterior al mitin, Trump se trasladó a Mar-a-Lago, Florida, donde, lejos de ofrecer disculpas por las declaraciones del cómico, describió el evento como un “festival de amor”. “Nunca había visto un evento tan hermoso. El amor en la sala era impresionante y podría haberse llenado varias veces con la gente que no pudo entrar”, dijo Trump, quien también criticó a aquellos que compararon su mitin con un evento pronazi de 1939 realizado en el mismo lugar.
En su discurso, Trump no sólo evitó disculparse por los comentarios de Hinchcliffe, sino que aprovechó la oportunidad para atacar la gestión gubernamental de Joe Biden, acusando a su administración de llevar a Estados Unidos “casi al estatus de un país del Tercer Mundo”. Asimismo, Trump vinculó la inmigración con la delincuencia y prometió la pena de muerte para inmigrantes que cometan homicidios. Estuvo acompañado en el escenario por familiares de víctimas de crímenes cometidos por inmigrantes, quienes responsabilizaron directamente a la vicepresidenta Kamala Harris por las muertes de sus seres queridos.
Mientras tanto, la campaña republicana ha intentado distanciarse de los comentarios de Tony Hinchcliffe. Miembros del partido como los senadores Rick Scott y Marco Rubio, ambos de Florida, condenaron firmemente las palabras del cómico, destacando el valor y la ciudadanía de los puertorriqueños en Estados Unidos. El mitin en el Madison Square Garden fue comparado por algunos con un evento pronazi de 1939 que tuvo lugar en el mismo espacio, una comparación que Trump vehementemente rechazó.
La controversia ha repercutido significativamente en la imagen de Trump entre los aproximadamente seis millones de puertorriqueños que residen en Estados Unidos, quienes tienen derecho a voto. Estos votantes son clave en estados importantes como Pensilvania, que cuenta con 19 votos en el Colegio Electoral.
En respuesta, la campaña de Kamala Harris lanzó anuncios criticando a Trump por su falta de apoyo a Puerto Rico tras el huracán María, recordando cuando minimizó el número de víctimas del desastre natural y realizó comentarios despreciativos sobre la isla en el pasado. El expresidente Barack Obama también se pronunció, defendiendo a los puertorriqueños y criticando a Trump por sus comentarios racistas y sexistas.