El lunes 10 de abril de 2025, la Casa Blanca confirmó un nuevo y drástico incremento en los aranceles impuestos a las importaciones provenientes de China, situándose en un total del 145%. Este porcentaje consolida un arancel recíproco del 125%, recientemente elevado, y un arancel adicional del 20% atribuido a la producción de fentanilo en territorio chino. La decisión se enmarca dentro de la estrategia de negociación comercial impulsada por el gobierno de Donald Trump.
Las repercusiones de esta medida no se hicieron esperar en los mercados financieros de Estados Unidos. Los principales índices bursátiles registraron desplomes significativos: el S&P 500 perdió 298.72 puntos, equivalente al 5.45%; el Dow Jones Industrial cayó 1,872.86 puntos, traducido en un descenso del 4.61%; mientras que el Nasdaq, el índice tecnológico, se redujo en 1,091.78 puntos, representando una disminución del 6.38%.
En una reunión de gabinete, Trump admitió la existencia de un "costo de transición" como consecuencia directa de su política arancelaria, aunque reiteró su optimismo con respecto a los resultados a largo plazo. Además, mientras se mantiene el arancel del 10% para la mayoría de los socios comerciales, China queda excluida de las excepciones previstas, lo que refuerza la postura proteccionista hacia el país asiático.
Por su parte, China respondió implementando aranceles del 84% sobre los productos estadounidenses. He Yongqian, portavoz del Ministerio de Comercio chino, reafirmó la disposición de su país para prolongar el enfrentamiento económico, a menos que ambas naciones lleguen a un acuerdo satisfactorio.
A nivel internacional, la Unión Europea decidió suspender, durante un periodo de 90 días, la aplicación de medidas de represalia que estaban previstas para el 15 de abril, en un esfuerzo por reducir la escalada comercial y fomentar la diplomacia económica. En paralelo, la UE y los Emiratos Árabes Unidos avanzan en un acuerdo de libre comercio con el objetivo de diversificar sus relaciones comerciales y mitigar los efectos de la incertidumbre generada por las políticas estadounidenses.
El impacto de los aranceles también se refleja en el mercado minorista y los costos de bienes de consumo en EE. UU. Los precios básicos, como los de los alimentos, han experimentado un notable incremento. Un claro ejemplo es el precio de los huevos, que ahora alcanza un promedio de $6.23 por docena, más del doble de lo registrado en el último año. Según expertos económicos, este contexto podría repercutir negativamente en la aprobación pública del gobierno de Trump, especialmente de cara a las elecciones de medio término.
La exsecretaria del Tesoro, Janet Yellen, no tardó en sumarse a las críticas hacia las políticas económicas de la actual administración. Calificó las estrategias comerciales de Trump como "la peor herida autoinfligida en una economía que estaba funcionando bien". Estas declaraciones reflejan el nivel de preocupación entre académicos y analistas por los efectos económicos y sociales que podrían derivarse de la situación.
Por otro lado, Trump expresó su intención de alcanzar un acuerdo con China. Según lo declarado, "les encantaría poder trabajar en un trato". Sin embargo, la postura enérgica del presidente sugiere que los aranceles se consideran una herramienta esencial para las negociaciones vigentes.