Mundo

Estoy Obsesionada con los Sonidos del Océano: "No puedo ver, pero puedo escuchar todo el arrecife, como una orquesta"

Jessica Pita, una joven de 21 años con atrofia óptica, ha logrado una proeza al convertirse en la primera buceadora ciega adaptativa certificada por PADI en Sudáfrica. Este hito se suma a su activa agenda de inmersiones y activismo por los derechos de las personas con discapacidad.

Mundo

Estoy Obsesionada con los Sonidos del Océano: "No puedo ver, pero puedo escuchar todo el arrecife, como una orquesta"

Jessica Pita, una joven de 21 años con atrofia óptica, ha logrado una proeza al convertirse en la primera buceadora ciega adaptativa certificada por PADI en Sudáfrica. Este hito se suma a su activa agenda de inmersiones y activismo por los derechos de las personas con discapacidad.

"El buceo me ha proporcionado una sensación de calma y libertad que nunca pensé posible"

Comentó Jessica Pita sobre su experiencia.

22/7/2024

A la corta edad de 11 años, Jessica Pita perdió la visión debido a un tumor cerebral que afectó severamente sus nervios ópticos, resultando en una visión central completamente negra y periférica extremadamente borrosa. A pesar de estos desafíos, su dedicación y determinación la llevaron a convertirse en la primera buceadora ciega adaptativa certificada por PADI en Sudáfrica a los 21 años.

Jessica ha realizado alrededor de 20 inmersiones desde que comenzó su formación hace cinco meses. Su primera inmersión ocurrió en las aguas de Mozambique, donde quedó fascinada por el "crackling" del arrecife de coral, describiéndolo como una sinfonía submarina. Para comunicarse durante estas actividades, Jessica y su compañero de buceo emplean señales táctiles, intercalando sus manos y utilizando toques para la transmisión de señales. En una ocasión memorable, su compañero le alertó sobre un tiburón al tararear la melodía de "Jaws".

Invitada por un amigo de la familia, Jessica inició su formación en el programa de buceo adaptativo de PADI en Pretoria. El proceso incluyó tres inmersiones exitosas en aguas abiertas, lo que le permitió obtener su certificación. Aunque tiene la capacidad de bucear hasta 18 metros, las inmersiones de Jessica se limitan a 12 metros por razones de seguridad, debido a su dificultad para utilizar una brújula.

El buceo ha tenido un impacto profundo en su vida, proporcionándole una sensación de calma y permitiéndole desconectar de las tensiones diarias asociadas con su discapacidad. Además, le ha permitido recuperar la confianza y autonomía que había perdido tras su ceguera.

Más allá de sus logros personales, Jessica es una activa defensora de los derechos de las personas con discapacidad. Su labor activista incluye la promoción del buceo como una actividad accesible para todos. Ha lanzado un podcast titulado "Flying Blind" y está involucrada en diversos proyectos motivacionales.

Con proyecciones hacia el futuro, Jessica planea proseguir sus actividades de buceo en destinos como Madagascar y Mozambique, manifestando también interés en explorar las Islas Caimán. Su historia es un ejemplo viviente de superación y adaptación, destacando que el buceo puede ser una actividad inclusiva y gratificante para personas con diversas capacidades físicas. Jessica emplea una técnica única para detectar la presencia de tiburones, basada en el tarareo de la emblemática melodía de "Jaws" por su compañero de buceo.

Algo Curioso

"El buceo me ha proporcionado una sensación de calma y libertad que nunca pensé posible"

Comentó Jessica Pita sobre su experiencia.

Jul 22, 2024
Colglobal News

A la corta edad de 11 años, Jessica Pita perdió la visión debido a un tumor cerebral que afectó severamente sus nervios ópticos, resultando en una visión central completamente negra y periférica extremadamente borrosa. A pesar de estos desafíos, su dedicación y determinación la llevaron a convertirse en la primera buceadora ciega adaptativa certificada por PADI en Sudáfrica a los 21 años.

Jessica ha realizado alrededor de 20 inmersiones desde que comenzó su formación hace cinco meses. Su primera inmersión ocurrió en las aguas de Mozambique, donde quedó fascinada por el "crackling" del arrecife de coral, describiéndolo como una sinfonía submarina. Para comunicarse durante estas actividades, Jessica y su compañero de buceo emplean señales táctiles, intercalando sus manos y utilizando toques para la transmisión de señales. En una ocasión memorable, su compañero le alertó sobre un tiburón al tararear la melodía de "Jaws".

Invitada por un amigo de la familia, Jessica inició su formación en el programa de buceo adaptativo de PADI en Pretoria. El proceso incluyó tres inmersiones exitosas en aguas abiertas, lo que le permitió obtener su certificación. Aunque tiene la capacidad de bucear hasta 18 metros, las inmersiones de Jessica se limitan a 12 metros por razones de seguridad, debido a su dificultad para utilizar una brújula.

El buceo ha tenido un impacto profundo en su vida, proporcionándole una sensación de calma y permitiéndole desconectar de las tensiones diarias asociadas con su discapacidad. Además, le ha permitido recuperar la confianza y autonomía que había perdido tras su ceguera.

Más allá de sus logros personales, Jessica es una activa defensora de los derechos de las personas con discapacidad. Su labor activista incluye la promoción del buceo como una actividad accesible para todos. Ha lanzado un podcast titulado "Flying Blind" y está involucrada en diversos proyectos motivacionales.

Con proyecciones hacia el futuro, Jessica planea proseguir sus actividades de buceo en destinos como Madagascar y Mozambique, manifestando también interés en explorar las Islas Caimán. Su historia es un ejemplo viviente de superación y adaptación, destacando que el buceo puede ser una actividad inclusiva y gratificante para personas con diversas capacidades físicas. Jessica emplea una técnica única para detectar la presencia de tiburones, basada en el tarareo de la emblemática melodía de "Jaws" por su compañero de buceo.

A la corta edad de 11 años, Jessica Pita perdió la visión debido a un tumor cerebral que afectó severamente sus nervios ópticos, resultando en una visión central completamente negra y periférica extremadamente borrosa. A pesar de estos desafíos, su dedicación y determinación la llevaron a convertirse en la primera buceadora ciega adaptativa certificada por PADI en Sudáfrica a los 21 años.

Jessica ha realizado alrededor de 20 inmersiones desde que comenzó su formación hace cinco meses. Su primera inmersión ocurrió en las aguas de Mozambique, donde quedó fascinada por el "crackling" del arrecife de coral, describiéndolo como una sinfonía submarina. Para comunicarse durante estas actividades, Jessica y su compañero de buceo emplean señales táctiles, intercalando sus manos y utilizando toques para la transmisión de señales. En una ocasión memorable, su compañero le alertó sobre un tiburón al tararear la melodía de "Jaws".

Invitada por un amigo de la familia, Jessica inició su formación en el programa de buceo adaptativo de PADI en Pretoria. El proceso incluyó tres inmersiones exitosas en aguas abiertas, lo que le permitió obtener su certificación. Aunque tiene la capacidad de bucear hasta 18 metros, las inmersiones de Jessica se limitan a 12 metros por razones de seguridad, debido a su dificultad para utilizar una brújula.

El buceo ha tenido un impacto profundo en su vida, proporcionándole una sensación de calma y permitiéndole desconectar de las tensiones diarias asociadas con su discapacidad. Además, le ha permitido recuperar la confianza y autonomía que había perdido tras su ceguera.

Más allá de sus logros personales, Jessica es una activa defensora de los derechos de las personas con discapacidad. Su labor activista incluye la promoción del buceo como una actividad accesible para todos. Ha lanzado un podcast titulado "Flying Blind" y está involucrada en diversos proyectos motivacionales.

Con proyecciones hacia el futuro, Jessica planea proseguir sus actividades de buceo en destinos como Madagascar y Mozambique, manifestando también interés en explorar las Islas Caimán. Su historia es un ejemplo viviente de superación y adaptación, destacando que el buceo puede ser una actividad inclusiva y gratificante para personas con diversas capacidades físicas. Jessica emplea una técnica única para detectar la presencia de tiburones, basada en el tarareo de la emblemática melodía de "Jaws" por su compañero de buceo.

Algo Curioso

PODRÍA INTERESARTE
 

No tienes acceso

Necesitas una membresía para acceder al contenido de este sitio.
Por favor Regístrate o Ingresa