El exdirector del Mossad, Yossi Cohen, está siendo acusado de amenazar a la fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, para abandonar una investigación sobre crímenes de guerra en los territorios palestinos ocupados. Las acusaciones afirman que Cohen mantuvo contactos encubiertos con Bensouda antes de que se abriera formalmente la investigación en 2021.
Karim Khan, sucesor de Bensouda, ha continuado esta labor, solicitando órdenes de arresto para el Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, basándose en la mencionada investigación. Las acciones de Cohen, según informes, fueron autorizadas a un alto nivel y buscaron comprometer o alistar la cooperación de Bensouda mediante diversas estrategias.
El Mossad, junto con otras agencias de inteligencia israelíes, llevó a cabo estas operaciones contra la CPI durante casi una década. Entre los métodos utilizados, se incluyeron complots para desacreditar a Bensouda, incluyendo la obtención de grabaciones secretas del esposo de la fiscal para erosionar su reputación profesional.
Estas tácticas desataron controversias y debates sobre la legalidad de las intervenciones del Mossad, ya que podrían constituir delitos contra la administración de justicia según el Estatuto de Roma. Se señala también que el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, apoyó estos esfuerzos mediante la imposición de sanciones contra Bensouda.