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“Esperan que Muramos de Cáncer”: 10 Años Después, el Peor Desastre Minero de México Sigue Destruyendo Vidas

A una década del derrame en la Mina Buenavista del Cobre, en Sonora, México, miles de habitantes aún sufren las secuelas. Promesas incumplidas y un entorno contaminado eclipsan la vida de las comunidades afectadas.

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“Esperan que Muramos de Cáncer”: 10 Años Después, el Peor Desastre Minero de México Sigue Destruyendo Vidas

A una década del derrame en la Mina Buenavista del Cobre, en Sonora, México, miles de habitantes aún sufren las secuelas. Promesas incumplidas y un entorno contaminado eclipsan la vida de las comunidades afectadas.

"Están esperando a que muramos de cáncer"

- Afirmó Martha Aguirre, residente local, en alusión a las promesas incumplidas de remediación.

24/7/2024

El 6 de agosto de 2014, un sello roto en una tubería de la Mina Buenavista del Cobre, ubicada a 160 km al norte de Ures, Sonora, México, provocó el derrame de 40,000 metros cúbicos (10.6 millones de galones) de desechos ácidos. La contaminación fue suficiente para llenar 16 piscinas olímpicas, y se extendió a lo largo del río Sonora, afectando a más de 25,000 personas en una docena de comunidades.

Las consecuencias fueron inmediatas y devastadoras: diarrea, vómitos, dolores de cabeza, erupciones cutáneas y piel descamada fueron algunos de los síntomas reportados por los residentes. Actualmente, se ha observado un aumento en los casos de cáncer. Las investigaciones han detectado metales pesados en el agua, el suelo y el aire de la región.

Grupo México, propietario de la mina, creó un fondo para la remediación. Sin embargo, muchos de los compromisos a largo plazo, como la construcción de plantas de tratamiento de agua y un hospital, no se han cumplido. La construcción del hospital se detuvo en 2017.

Un estudio realizado el año pasado reveló concentraciones alarmantes de metales pesados en un área de 260 km². Más de la mitad de los pozos de agua potable en la región son inseguros, y todas las muestras de suelo contenían mercurio. Los residentes, como Martha Aguirre, han visto un aumento significativo en los casos de cáncer en sus familias. Aguirre mostró resultados de pruebas que indican niveles peligrosos de magnesio, arsénico y plomo en la sangre de su hijo.

El gobierno mexicano inicialmente distribuyó agua embotellada y prometió monitoreo de salud por 15 años. No obstante, el fideicomiso establecido para estas labores se cerró en 2017 y millones de pesos no gastados fueron devueltos a Grupo México.

Grupo México fue multado con 23 millones de pesos (aproximadamente 1 millón de libras esterlinas) y se comprometió a un fondo de remediación de 1.2 mil millones de pesos (52 millones de libras esterlinas). A pesar de esto, la población de la localidad más cercana al derrame se ha reducido a la mitad desde 2014, con muchos habitantes abandonando la región en busca de atención médica.

El gobierno mexicano ha anunciado acciones legales contra Grupo México, aunque no está claro si se ha presentado una demanda formal. La empresa sostiene que la contaminación restante proviene de otras fuentes y que sus esfuerzos de remediación han sido suficientes. Sin embargo, tanto los residentes como estudios recientes contradicen esta afirmación.

A diez años del desastre, las promesas de remediación y atención médica siguen sin cumplirse, mientras que la comunidad enfrenta un aumento en enfermedades graves y una falta de confianza en las autoridades y en la empresa responsable. El derrame de desechos ácidos en la Mina Buenavista del Cobre es considerado el peor desastre minero en la historia de México.

Algo Curioso

"Están esperando a que muramos de cáncer"

- Afirmó Martha Aguirre, residente local, en alusión a las promesas incumplidas de remediación.

Jul 24, 2024
Colglobal News

El 6 de agosto de 2014, un sello roto en una tubería de la Mina Buenavista del Cobre, ubicada a 160 km al norte de Ures, Sonora, México, provocó el derrame de 40,000 metros cúbicos (10.6 millones de galones) de desechos ácidos. La contaminación fue suficiente para llenar 16 piscinas olímpicas, y se extendió a lo largo del río Sonora, afectando a más de 25,000 personas en una docena de comunidades.

Las consecuencias fueron inmediatas y devastadoras: diarrea, vómitos, dolores de cabeza, erupciones cutáneas y piel descamada fueron algunos de los síntomas reportados por los residentes. Actualmente, se ha observado un aumento en los casos de cáncer. Las investigaciones han detectado metales pesados en el agua, el suelo y el aire de la región.

Grupo México, propietario de la mina, creó un fondo para la remediación. Sin embargo, muchos de los compromisos a largo plazo, como la construcción de plantas de tratamiento de agua y un hospital, no se han cumplido. La construcción del hospital se detuvo en 2017.

Un estudio realizado el año pasado reveló concentraciones alarmantes de metales pesados en un área de 260 km². Más de la mitad de los pozos de agua potable en la región son inseguros, y todas las muestras de suelo contenían mercurio. Los residentes, como Martha Aguirre, han visto un aumento significativo en los casos de cáncer en sus familias. Aguirre mostró resultados de pruebas que indican niveles peligrosos de magnesio, arsénico y plomo en la sangre de su hijo.

El gobierno mexicano inicialmente distribuyó agua embotellada y prometió monitoreo de salud por 15 años. No obstante, el fideicomiso establecido para estas labores se cerró en 2017 y millones de pesos no gastados fueron devueltos a Grupo México.

Grupo México fue multado con 23 millones de pesos (aproximadamente 1 millón de libras esterlinas) y se comprometió a un fondo de remediación de 1.2 mil millones de pesos (52 millones de libras esterlinas). A pesar de esto, la población de la localidad más cercana al derrame se ha reducido a la mitad desde 2014, con muchos habitantes abandonando la región en busca de atención médica.

El gobierno mexicano ha anunciado acciones legales contra Grupo México, aunque no está claro si se ha presentado una demanda formal. La empresa sostiene que la contaminación restante proviene de otras fuentes y que sus esfuerzos de remediación han sido suficientes. Sin embargo, tanto los residentes como estudios recientes contradicen esta afirmación.

A diez años del desastre, las promesas de remediación y atención médica siguen sin cumplirse, mientras que la comunidad enfrenta un aumento en enfermedades graves y una falta de confianza en las autoridades y en la empresa responsable. El derrame de desechos ácidos en la Mina Buenavista del Cobre es considerado el peor desastre minero en la historia de México.

El 6 de agosto de 2014, un sello roto en una tubería de la Mina Buenavista del Cobre, ubicada a 160 km al norte de Ures, Sonora, México, provocó el derrame de 40,000 metros cúbicos (10.6 millones de galones) de desechos ácidos. La contaminación fue suficiente para llenar 16 piscinas olímpicas, y se extendió a lo largo del río Sonora, afectando a más de 25,000 personas en una docena de comunidades.

Las consecuencias fueron inmediatas y devastadoras: diarrea, vómitos, dolores de cabeza, erupciones cutáneas y piel descamada fueron algunos de los síntomas reportados por los residentes. Actualmente, se ha observado un aumento en los casos de cáncer. Las investigaciones han detectado metales pesados en el agua, el suelo y el aire de la región.

Grupo México, propietario de la mina, creó un fondo para la remediación. Sin embargo, muchos de los compromisos a largo plazo, como la construcción de plantas de tratamiento de agua y un hospital, no se han cumplido. La construcción del hospital se detuvo en 2017.

Un estudio realizado el año pasado reveló concentraciones alarmantes de metales pesados en un área de 260 km². Más de la mitad de los pozos de agua potable en la región son inseguros, y todas las muestras de suelo contenían mercurio. Los residentes, como Martha Aguirre, han visto un aumento significativo en los casos de cáncer en sus familias. Aguirre mostró resultados de pruebas que indican niveles peligrosos de magnesio, arsénico y plomo en la sangre de su hijo.

El gobierno mexicano inicialmente distribuyó agua embotellada y prometió monitoreo de salud por 15 años. No obstante, el fideicomiso establecido para estas labores se cerró en 2017 y millones de pesos no gastados fueron devueltos a Grupo México.

Grupo México fue multado con 23 millones de pesos (aproximadamente 1 millón de libras esterlinas) y se comprometió a un fondo de remediación de 1.2 mil millones de pesos (52 millones de libras esterlinas). A pesar de esto, la población de la localidad más cercana al derrame se ha reducido a la mitad desde 2014, con muchos habitantes abandonando la región en busca de atención médica.

El gobierno mexicano ha anunciado acciones legales contra Grupo México, aunque no está claro si se ha presentado una demanda formal. La empresa sostiene que la contaminación restante proviene de otras fuentes y que sus esfuerzos de remediación han sido suficientes. Sin embargo, tanto los residentes como estudios recientes contradicen esta afirmación.

A diez años del desastre, las promesas de remediación y atención médica siguen sin cumplirse, mientras que la comunidad enfrenta un aumento en enfermedades graves y una falta de confianza en las autoridades y en la empresa responsable. El derrame de desechos ácidos en la Mina Buenavista del Cobre es considerado el peor desastre minero en la historia de México.

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