Una investigación realizada por científicos japoneses y publicada en la revista Nature Metabolism ha señalado una relación entre la temporada de concepción y la salud metabólica de los individuos. El estudio analizó a 683 personas, hombres y mujeres, entre los 3 y 78 años de edad, para identificar cómo las variaciones en la temperatura durante la concepción impactan en el funcionamiento de la grasa parda, un tejido adiposo activo en el proceso de quema de calorías.
Los resultados distinguen que aquellos concebidos entre el 17 de octubre y el 15 de abril, considerados meses fríos, exhibieron un 5.8% más de gasto energético total y entre 11.9% y 14.6% mayor actividad de la grasa parda en comparación con quienes fueron concebidos entre el 16 de abril y el 16 de octubre, meses cálidos. Adicionalmente, sus niveles de grasa visceral fueron menores, así como también su circunferencia de cintura en la edad adulta, lo que indica una mejor salud metabólica en este grupo.
El análisis incluyó un estudio de las fluctuaciones diarias de temperatura y la media de temperaturas en el periodo correspondiente a la concepción de los participantes. Los resultados apuntan que una temperatura más baja, junto con la mayor variabilidad diurna, son dos elementos importantes para favorecer la activación de este tejido especial.
Una de las propuestas más significativas del equipo de investigadores es que las diferencias epigenéticas relacionadas con el entorno antes de la concepción podrían influir directamente en la actividad metabólica y en la acumulación de grasa en el cuerpo. La exposición al frío, específicamente antes de la concepción, podría generar cambios epigenéticos en los espermatozoides, que luego afectan la fisiología del descendiente durante el desarrollo y la vida adulta.
Además de los hallazgos sobre humanos, los investigadores citaron estudios previos realizados en ratones, que reforzaron sus resultados. Por ejemplo, investigaciones de 2018 indicaron que ratones concebidos bajo condiciones frías desarrollaron mayor grasa parda debido a modificaciones epigenéticas en el ADN de los espermatozoides. Esto subraya un posible mecanismo compartido entre distintas especies, donde el ambiente previo a la concepción puede sentar las bases metabólicas para las generaciones futuras.
El estudio también destaca la importancia del entorno climático en la salud pública, ya que comprender estas relaciones podría contribuir a combatir el aumento global de obesidad y de enfermedades metabólicas. Aunque los resultados son destacables, los autores subrayan la necesidad de continuar investigando para identificar todos los mecanismos detrás de estas conexiones climáticas-metabólicas y estimar su relevancia en poblaciones de diferentes regiones del mundo.
La grasa parda, conocida por convertir calorías en calor, es más activa en los meses de invierno. Sin embargo, se activa más fácilmente en personas concebidas en meses fríos, según sugiere este estudio, proporcionando una ventaja metabólica potencial desde el nacimiento.